lunes, 8 de febrero de 2010

Mina La Cobrera. Bárcena de Pié de Concha. Iguña. Cantabria.

Esta semana la comenzamos en el Mineral Digital con una de mis últimas salidas, lamentablemente mi compañero Juanjo LG, se encuentra postrado debido a una penosa dolencia cervical, la cual le impide acudir a las salidas, desde aquí le deseo una pronta y satisfactoria recuperación, ya tengo varias cajas de material guardadas para él. Por lo tanto acudí a mi cita habitual con la maza y el cincel, en solitario, algo poco habitual en mi y poco recomendable para los demás, no es bueno visitar minas sin compañía, pero a falta de mi magnifico compañero, más vale solo....
Estuve visitando la mina La Cobrera, una antiquisima explotación de cobre situada en el Valle de Iguña, el valle de mis ancestros, siempre es un placer recorrer estas tierras con tan gratos recuerdos infantiles para mi, de aquí procede toda mi familia materna y recuerdo con nostalgia la pesca de truchas a mano en el río Los Llares, los baños de media tarde en los pozos del Besaya, las partidas de bolos en Las Fraguas, los partidos de fútbol en Arenas, las romerías y verbenas veraniegas, los paseos en bicicleta, el subir a la yerba, recorrer el monte a lomos de los caballos y todo ese tipo de recuerdos que a uno le atraviesan el alma, y que hacen que una furtiva lágrima escape de mis ojos.
Dejemos la nostalgia de tiempos pasados y me centraré en el apartado mineralógico, ante todo la sorpresa de descubrir que desde que se abandonaron estas explotaciones nadie ha picado en ellas, ni rastro de basura, ni de presencia humana, ni un picotazo en las paredes, absolutamente nada, las galerías permanecen inalterables, ajenas al tiempo, guardando sus pequeños tesoros minerales, esperando a una nueva jornada de extracción. La explotación consta de tres pequeñas bocaminas y un zanjón que las recorre de Oeste a Este, las paredes exteriores estan tintadas de verde y azul, presagiando el mineral que podremos encontrar en su interior. Tras internarme por una de las bocaminas me obligo a cerrar la boca, intensos colores por todas partes coloreando las paredes de cuarzo masivo.
Lo primero que extraigo son algunas muestras de malaquita botroidal, algunas de ellas muestran un mineral azul añil que las acompaña. Tras ellas y en vetas de cuarcita, drusas de puntas de cristal de roca, recubiertas dichas puntas de oxidos e hidrocarburos. Las puntas de cuarzo alcanzan los dos centimetros de longitud, también extraigo alguna punta lechosa un poco mayor acompañada de malaquita y calcopirita.Tras colarme por un pequeño pozo que he de agrandar para poder pasar, descubro que me hace falta más material, cuerdas y escaleras, así que abandonando la mochila me vuelvo al coche a por ellas, cinco metros de escalera extensible y cuerda para aburrir, todo sea por la boveda de calcantita que acabo de descubrir y que me ha dejado ilusionado ante la posibilidad de extraer alguna pieza decentilla.Tras mucho cargar, empujar y sudar, consigo auparme al techo de la cámara armado de maza y cincel. Las primeras piezas no tardan en pasar a mis bolsillos, chorretones de calcantita sobre cuarzo de diferentes tonos azules, también costras de este mismo mineral sin matriz. Hago un descanso para visionar lo picado, es entonces cuando veo un chorretón más grueso que se desliza por la pared de enfrente, más calcantita, sin embargo esta es diferente, presenta una cristalización en rosas globulares muy definida, abandono el bocadillo y retomo el trabajo, extraigo una burrada de piezas de este último hallazgo, muchas de ellas se hallan semirecubiertas de una fina capa de polvo, la cual oculta el brillo y la definición de los cristales, habrá que limpiarlas en seco, ya que como muchos sabeis la calcantita es hidrosoluble. Aún falta mucho que limpiar en ellas pero ya podeis observar su peculiar belleza y el excelente color que ofrecen.Es de destacar su falta de alteración, ya que ha transcurrido casi una semana desde su extracción y se conservan como el primer día a pesar de haberlas dejado expuestas al aire para comprobar si se deshidrataban, cosa que no ocurre. Este es el resultado de una jornada solitaria, la cual amenizaron tres corzas, que curiosas me salieron al paso en el camino. Espero que os gusten las muestras.
Texto e imagenes: Picapiedra

3 comentarios:

Pablo Olivares dijo...

Enhorabuena por el hallazgo. Las piezas son muy bonitas. Los colores de la tierra que está en contacto con la bocamina son alucinantes.

Rodrigo Fresco dijo...

Estas hecho todo un descubridor y creo que me acabas de poner los dientes largos.Jejeje. Vaya cantidad de piezones (no como los mñios buahhhhhhh)jejejeje. Lo bueno de nuestra aficción son los gratos recuerdos que nos dejan muchos lugares en los que pasamos nuestra juventud y que cuando volvemos se nos pasa todo como si fuesen unas diapositivas haciendo ques e nos enternezca el corazón. Eso es lo mejor de la colección, poder decir este mineral lo encontré en tal sitio y alli me pasó esto. Enhorabuena Pablo y tranquilo que en breve podrás brindar por el si los de correos no hacen de nuevo el burro.
Un saludo

Picapiedra dijo...

Buenos dias a ambos, gracias por vuestros comentarios. Al natural la pared de la bocamina gana muchos enteros, en las fotos aún se ve humeda por efecto de las aguas del deshielo, estaba cubierta de nieve cuando la encontré por primera vez. me ha sorprendido la presencia de tanta calcantita y su cristalización, ha faltado eso si que los cristales de cuarzo fueran pelin mas grandes y algo mas transparentes, así como la no presencia de sulfuros sin alterar o de cristalización de las malaquitas, pero todo no puede ser, sino sería ya la repanocha.
Un saludo norteño y no te preocupes Rodrigo que bañaré viejos rencores con el orujillo que envies.
Pablo

 
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