lunes, 29 de diciembre de 2008

Mina Nieves. Viernoles. Cantabria. Capitulo I

Pasada ya la Nochebuena y antes de que acabe este año 2008, desde el Mineral Digital no podemos dejar pasar la ocasión de publicar una visita que realizamos a la Mina Nieves hace unas semanas, en aquella ocasión habíamos visitado por la mañana la mina San José, en Novales, y aprovechamos la tarde en acercarnos a conocer esta otra mina en Viernoles, una visita que resultó corta pero muy interesante, ya que la noche se nos echó encima dos horas después de haber llegado, fue entonces cuando decidimos dejar este reportaje para más adelante cuando hubiéramos completado una jornada en ella, algo que ha ocurrido este domingo pasado y de lo cual ofreceremos cumplida información en lo que será el segundo capitulo de este post.
Llegamos a esta mina de bario a eso de las cinco de la tarde tras haber repuesto fuerzas en un mesón de la zona y haber repasado los hallazgos de la Mina San José. Como el tiempo apremiaba nos lanzamos de lleno a la búsqueda de algún ejemplar que mereciera el esfuerzo extra de esa jornada. Pronto comenzamos a vislumbrar los primeros hallazgos, pequeñas Auricalcitas sobre Barita, de un azul intenso, en esferulas aciculares, salpicando Baritas masivas y coladas de calcita, también dentro de pequeñas geodas de cuarzo.
El segundo hallazgo fueron las galenas, en su gran mayoría masivas en matriz de barita, alguna salió también cristalizada, los tamaños entre los dos y tres centímetros.
En una oquedad natural de buen tamaño, encontramos aragonitos azules, estalactiticos y de buen grosor y también en pequeñas formaciones geodinas, recogimos varios que a continuación mostramos.
Pronto comenzamos a recoger Baritas, hojosas y amarillas salpicadas de pirita, al principio en tamaños reducidos y más tarde en tamaños que rondan los ocho centímetros, una verdadera maravilla para la vista, también recogimos piñas de este mineral, más transparentes y en agrupaciones de tamaños mayores.
Por último encontramos una coquera completa de cuarzo, paredes y techo completamente recubiertos de cuarzos transparentes de pequeño tamaño pero muy abundante, junto a ellos, cristales de calcita en maclas y escalenoedros, estos últimos en tamaños ya superiores, entre dos y seis centímetros. Estos cuarzos y calcitas aun los tengo pendientes de fotografiar y los dejo para el siguiente capitulo junto con el relato de nuestra segunda visita, ya que en esta ocasión la noche se nos echa tan encima como en aquella primera visita, disfrutad de esta primera toma de contacto con esta mina y sus minerales, el dia de año nuevo publicaremos la segunda, la cual estoy seguro os deparará alguna que otra sorpresa e incógnita añadida. Felices fiestas y prosperas piedras.

lunes, 22 de diciembre de 2008

FELICES FIESTAS Y PROSPERO AÑO NUEVO

Pinchando sobre la imagen la vereis más grande, gracias a todos, también a los que aún no figurais, las estadisticas me dicen que también estais ahí, felices fiestas desde Cantabria.
Pablo y Monica

domingo, 21 de diciembre de 2008

Aragonitos de Eugi, Navarra. Fluorescencia con UV-OL

Hoy y siguiendo el consejo de mi estimado amigo Juan, de Linares, (Nitana 2000), he realizado pruebas de fluorescencia a los aragonitos recogidos el pasado fin de semana en Eugi, estas pruebas las he realizado bajo ultravioleta de onda larga, bajo doble tubo fluorescente. La distancia de los tubos a las piezas es de 15 cm. y de estas a la camara fotografica de otros 15 cm. No hay mucho más que decir al respecto, juzgad vosotros mismos a tenor de las imagenes.


Texto y Fotografias: Picapiedra

sábado, 20 de diciembre de 2008

Nevadas dolomías. Cantera de Eugi. Navarra.

El Mineral digital se desplazó el pasado fin de semana hasta Navarra, más concretamente hasta el pueblecito pirenaico de Eugi, famoso por sus canteras de magnesitas de donde se extraen los mejores cristales de dolomía del mundo. Nos acompañamos en esta ocasión por la pareja que forman Juanjo LG y Montse, con quienes afrontamos este nevado día de otoño, confiando en que las condiciones metereologicas no nos fueran adversas y nos permitieran recoger alguna pieza interesante. Llegamos temprano y bajo una ligera nevada, el cielo presagiaba una aún más intensa, sin arredrarnos por ello ya que las gentes del norte estamos acostumbradas a situaciones complicadas, nos adentramos en las escombreras de esta enorme cantera, la nieve y el intenso frío dificultaban la ascensión, sin embargo a medida que subíamos íbamos examinando ya pequeñas piezas y geodillas dolomíticas que poco a poco engrosaban las mochilas. El primer hallazgo lo realizó Montse, al descubrir una geoda de Aragonito que rápidamente vaciamos de su contenido, estupendos cristales acaramelados, en puntas y formando flores sobre matrices calizas, tras envolverlos adecuadamente para que no sufrieran daño seguimos camino. Fue entonces cuando nos cruzamos con un venado hembra, abundaban las huellas de estos herbívoros en la nieve, espantada, salió corriendo a tal velocidad que mis frías manos no tuvieron tiempo de apretar el disparador de la cámara. Poco a poco empezamos a dispersar el grupo a medida que los cristales de dolomía hacían su aparición, cada uno dedicado a alguna geoda, empeñados en extraer los frágiles cristales transparentes que contenían, algún martillazo nos dimos en las manos ya que la insensibilidad de estas provocada por el frío de los punteros nos hizo fallar algún golpe que otro, aún así, las geodas iban cayendo y no todos los cristales se laminaron, una característica de estas dolomías es que si les das un golpe de más te quedas sin ellas, ya que se fracturan y laminan muy fácilmente.
Como podréis comprobar por las imágenes extrajimos algunas piezas singulares y estéticamente aceptables, mucho más de lo que esperábamos debido a las inclemencias del tiempo, no tuvimos que lamentar ningún incidente a causa del hielo y de la nieve, cosa que siempre es de agradecer, y pasamos una estupenda mañana a la cual dimos termino cuando comenzó a nevar más seriamente, ante el temor de quedar incomunicados por carretera. En el mismo pueblo de Eugui comimos unas estupendas alubias que nos reconfortaron mientras al otro lado de las ventanas nevaba como si estuviéramos en pleno invierno. Un fantástico fin de domingo que hemos alargado durante la semana mientras limpiábamos (no del todo) las piezas que habíamos extraído y algunas de las cuales (no todas) he podido fotografiar con mi torpeza habitual. Habrá que volver en otra ocasión con mejor tiempo.
Texto y Fotografías: Picapiedra
 
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