En otoño, gracias al esfuerzo y trabajo del ayuntamiento y a la especial implicación de su departamento de cultura, Urretxu se convierte en punto de obligada visita para los entendidos en minerales, fósiles y gemas, con motivo de la celebración de la Semana de Mineralogía y Paleontología. Este año, esta semana, que ofrece también actividades para gente mas profana en el tema, cumple su XXI edición. Pero a pesar de que la organización y financiación de este gran evento corre a cargo del ayuntamiento urretxuarra, detrás hay una gran lista de colaboradores que encabeza Francisco Javier Aguado, un gran erudito en la materia y, ala vez, empresario del sector, ya que se dedica al comercio de minerales y fósiles. Aguado, de 54 años es, además corresponsal de El Diario vasco en Urretxu. - El nombre de Aguado está vinculado al Museo de Minerales y Fósiles de Urretxu.
Ello es debido a que los fondos que ha albergado desde su puesta en marcha en 1978 hasta hace 4 años, eran propiedad de nuestra familia. Mis padres Nicasio Luis Aguado y Martina Goñi cedieron su colección para su exposición pública en en la recién remodelada Aizpurunea Kultur Etxea. La casa de cultura y la exposición fueron inauguradas a la vez, por el entonces diputado foral señor Bizama.
-¿En que situación se encuentra actualmente ese vinculo entre el Museo y los Aguado?
Tras montar la exposición, el ayuntamiento con León Arrieta, se hizo cargo de los fondos hasta que después de varias legislaturas, hace 4 años, tras el fallecimiento de mis padres, cambió la situación, por un lado estaba la sucesión de los fondos entre mi hermana y yo, y ,por otro, había dos ofertas, una en Barcelona y la otra en Guipúzcoa. Los esfuerzos se dirigieron a evitar que la colección se dividiera o se marchara de aquí. Se efectuó una oferta muy asequible y finalmente fue adquirida por la Diputación Foral y el ayuntamiento, al 50%. Hoy la colección es propiedad pública y mi participación y colaboración en las actividades que desarrolla es totalmente voluntaria. Me guía evidentemente un interés, el de una afición que he tenido desde niño, el de que la colección siga vigente, el de que lo avanzado en 21 años de desarrollo cultural no se venga abajo. El día que alguien entienda que no desea mi colaboración dejara de contar conmigo y se acabó, así de fácil. Por cierto, el voluntariado también puede serlo cultural y no renumerado. -¿Cómo empezó a celebrarse la semana?¿Que fue aquella primera edición?
El inicio de la Semana cultural tuvo lugar nada más abierto el Museo. El arranque de la exposición y sus primeros meses fueron muy bien, pero enseguida me asaltó la idea de que las personas coleccionamos lugares. Es como si una vez que ya lo has visitado ya no tengas que volver. Había que reinventarse para conseguir atraer atención año tras año y por eso se pensó en proponer actividades culturales relacionadas con el tema, hacer de Urretxu un punto de referencia, no solo para los colegas y aficionados, sino para el gran publico. Arrancamos con solo dos días: el sábado por la mañana realizamos una excursión a Olazagutía, a por erizos de mar y el sábado por la tarde y el domingo en el viejo Ederrena se montó una exposición de cambio, compra y venta en el coleccionismo de minerales, fósiles y gemas. Fueron unos 15 expositores, todos ellos aficionados de Euskal Herria que apoyaron la iniciativa los primeros años. -¿Cuál ha sido su progresión?
El fin de semana fue llamando la atención de más expositores y de numeroso público y fueron surgiendo un sinfín d iniciativas como el concurso de itinerarios geológicos de Euskadi, el diseño y realización de material didáctico escolar, la colaboración con proyectos editoriales, los intercambios, los monográficos…incluso logramos contar con una roca lunar, que fue expuesta hace pocos años. Además durante estos años hemos peinado la geografía de nuestra tierra con excursiones geológicas, mineralógicas y paleontológicas en las que han colaborado sobremanera Jesús Amenazar y la asociación navarra M.I.N.A.
Hemos evolucionado en nuestros planteamientos según han evolucionado los comportamientos, pensar que un vecino va a acudir a una conferencia es pensar en una duda mas que razonable hoy en día. Abandonamos la idea de las conferencias hace algún tiempo y hemos probado a ofrecernos a ir por los colegios, probamos con temas de mucho gancho, probamos con talleres teórico prácticos… -¿Qué es hoy en día?
La progresión ha sido lenta, con los medios justos, pero con mucha voluntad de las autoridades y técnicos que a lo largo de los años han ido pasando. Hoy nos hallamos en un punto muy bueno, respetados y considerados por el sector, porque no nos hemos dejado tentar por excesivos aspectos comerciales. Somos un punto de encuentro para infinidad de coleccionistas de la península e incluso de Francia, los centros escolares nos siguen descubriendo cada año que pasa, el público visitante sigue llenando el frontón y el circuito, la lista de espera de expositores supera las 25 firmas…Y todo eso, pese a que sacar la cabeza en la información fuera de la comarca resulta una odisea para quienes tenemos que abrirnos paso ante la cultura institucionalizada. -¿Como colaborador de la misma en que consiste su trabajo’
Actualmente mi trabajo en la Semana y por lo que respecta al Museo no es otro que el de un colaborador. Se me invita a colaborar y lo hago gustosamente. El departamento de Cultura decide cuando y como y empezamos a planificar cosas. Luego los técnicos municipales trabajan sobre ello y yo les oriento en lo posible, sobre mis conocimientos y criterios. Sobre todo me ocupo de la feria del frontón, del monográfico y de la excursión.
-Estos últimos años se ha mimado especialmente a los niños ¿responden bien?
Desde hace tres años hemos emprendido una nueva línea. Cada edición procuramos traer un experto en alguna de las ocupaciones que la ciencia puede ofrecer a la juventud escolar, en la idea de que se les muestren opciones d salidas profesionales relacionadas con las ciencias de la naturaleza, la física, las matemáticas….Que es ser un paleontólogo, un geólogo, un físico…Se lo proponemos a los últimos cursos de Bachiller y hasta ahora los centros han respondido con mucho interés por lo que seguiremos en esta línea. Y en cuanto a las actividades que se organizan para los mas pequeños, no hay mas que ver cuanta gente congregan. -¿De donde viene tu relación con este mundo?
De Nicasio y Martina, mis padres. Mi padre tenía una fundición de hierro colado en Gaviria “Fundiciones Gaviria” que él fundó (el cubilote que se expone en el museo del hierro de Legazpi lo fabricaron para aquella fundición, donde yo he trabajado de chaval). Cuando se vendió en los 60, el coleccionista que llevaba dentro le llevó por muchos países y con su afición al resto de la familia, a mi incluido. Desde niño he vivido este ambiente como aficionado y en el 84 me hice profesional, importando material de Marruecos y luego de Brasil, China, Sudáfrica…
-Es una afición que ha convertido en profesión ¿Se puede vivir de las piedras?
No es fácil, pero voy a cumplir 25 años y la respuesta necesariamente tiene que ser afirmativa. En una sociedad industrial como la nuestra el sector servicios o no se entiende o se pone bajo sospecha y hay muchos que esto no se lo creen.
-¿Cuál es su piedra favorita y porqué?
Actualmente la Tanzanita, su color, brillo y escasez, la hacen muy atractiva. Lástima que no este a mi alcance.
-¿El mayor tesoro de su colección?
Ahora apenas tengo cosas en la colección. Tras la venta, los tesoros se quedaron en el Museo. He empezado dos colecciones, una de peces fósiles del mundo y otra de cuarzos del mundo. Es pronto para hablar de tesoros, pero si referencio uno, en el museo, es una amatista sobre calcita de Enekuri en Vizcaya.
-Lo más lejos que has ido a buscar o a comprar una pieza?
Lo más lejos no sé, porque coges un avión y te plantas en cualquier sitio. Me fui a Rusia, pero la sensación no fue de lejanía. Sin embargo en Artigas, Uruguay, en plena pampa, visité una mina de amatista a la que tardé en llegar seis días, primero tomé el tren de la Uruguayaza, luego de dormir en una estación, cogí un autobús por pistas hasta la frontera y finalmente en un taxi pasamos a Uruguay. Será un viaje que no se me olvidará fácilmente.
Fuente: GIDA (Urola)
Autora: Tere Madinabeitia
Ello es debido a que los fondos que ha albergado desde su puesta en marcha en 1978 hasta hace 4 años, eran propiedad de nuestra familia. Mis padres Nicasio Luis Aguado y Martina Goñi cedieron su colección para su exposición pública en en la recién remodelada Aizpurunea Kultur Etxea. La casa de cultura y la exposición fueron inauguradas a la vez, por el entonces diputado foral señor Bizama.
-¿En que situación se encuentra actualmente ese vinculo entre el Museo y los Aguado?
Tras montar la exposición, el ayuntamiento con León Arrieta, se hizo cargo de los fondos hasta que después de varias legislaturas, hace 4 años, tras el fallecimiento de mis padres, cambió la situación, por un lado estaba la sucesión de los fondos entre mi hermana y yo, y ,por otro, había dos ofertas, una en Barcelona y la otra en Guipúzcoa. Los esfuerzos se dirigieron a evitar que la colección se dividiera o se marchara de aquí. Se efectuó una oferta muy asequible y finalmente fue adquirida por la Diputación Foral y el ayuntamiento, al 50%. Hoy la colección es propiedad pública y mi participación y colaboración en las actividades que desarrolla es totalmente voluntaria. Me guía evidentemente un interés, el de una afición que he tenido desde niño, el de que la colección siga vigente, el de que lo avanzado en 21 años de desarrollo cultural no se venga abajo. El día que alguien entienda que no desea mi colaboración dejara de contar conmigo y se acabó, así de fácil. Por cierto, el voluntariado también puede serlo cultural y no renumerado. -¿Cómo empezó a celebrarse la semana?¿Que fue aquella primera edición?
El inicio de la Semana cultural tuvo lugar nada más abierto el Museo. El arranque de la exposición y sus primeros meses fueron muy bien, pero enseguida me asaltó la idea de que las personas coleccionamos lugares. Es como si una vez que ya lo has visitado ya no tengas que volver. Había que reinventarse para conseguir atraer atención año tras año y por eso se pensó en proponer actividades culturales relacionadas con el tema, hacer de Urretxu un punto de referencia, no solo para los colegas y aficionados, sino para el gran publico. Arrancamos con solo dos días: el sábado por la mañana realizamos una excursión a Olazagutía, a por erizos de mar y el sábado por la tarde y el domingo en el viejo Ederrena se montó una exposición de cambio, compra y venta en el coleccionismo de minerales, fósiles y gemas. Fueron unos 15 expositores, todos ellos aficionados de Euskal Herria que apoyaron la iniciativa los primeros años. -¿Cuál ha sido su progresión?
El fin de semana fue llamando la atención de más expositores y de numeroso público y fueron surgiendo un sinfín d iniciativas como el concurso de itinerarios geológicos de Euskadi, el diseño y realización de material didáctico escolar, la colaboración con proyectos editoriales, los intercambios, los monográficos…incluso logramos contar con una roca lunar, que fue expuesta hace pocos años. Además durante estos años hemos peinado la geografía de nuestra tierra con excursiones geológicas, mineralógicas y paleontológicas en las que han colaborado sobremanera Jesús Amenazar y la asociación navarra M.I.N.A.
Hemos evolucionado en nuestros planteamientos según han evolucionado los comportamientos, pensar que un vecino va a acudir a una conferencia es pensar en una duda mas que razonable hoy en día. Abandonamos la idea de las conferencias hace algún tiempo y hemos probado a ofrecernos a ir por los colegios, probamos con temas de mucho gancho, probamos con talleres teórico prácticos… -¿Qué es hoy en día?
La progresión ha sido lenta, con los medios justos, pero con mucha voluntad de las autoridades y técnicos que a lo largo de los años han ido pasando. Hoy nos hallamos en un punto muy bueno, respetados y considerados por el sector, porque no nos hemos dejado tentar por excesivos aspectos comerciales. Somos un punto de encuentro para infinidad de coleccionistas de la península e incluso de Francia, los centros escolares nos siguen descubriendo cada año que pasa, el público visitante sigue llenando el frontón y el circuito, la lista de espera de expositores supera las 25 firmas…Y todo eso, pese a que sacar la cabeza en la información fuera de la comarca resulta una odisea para quienes tenemos que abrirnos paso ante la cultura institucionalizada. -¿Como colaborador de la misma en que consiste su trabajo’
Actualmente mi trabajo en la Semana y por lo que respecta al Museo no es otro que el de un colaborador. Se me invita a colaborar y lo hago gustosamente. El departamento de Cultura decide cuando y como y empezamos a planificar cosas. Luego los técnicos municipales trabajan sobre ello y yo les oriento en lo posible, sobre mis conocimientos y criterios. Sobre todo me ocupo de la feria del frontón, del monográfico y de la excursión.
-Estos últimos años se ha mimado especialmente a los niños ¿responden bien?
Desde hace tres años hemos emprendido una nueva línea. Cada edición procuramos traer un experto en alguna de las ocupaciones que la ciencia puede ofrecer a la juventud escolar, en la idea de que se les muestren opciones d salidas profesionales relacionadas con las ciencias de la naturaleza, la física, las matemáticas….Que es ser un paleontólogo, un geólogo, un físico…Se lo proponemos a los últimos cursos de Bachiller y hasta ahora los centros han respondido con mucho interés por lo que seguiremos en esta línea. Y en cuanto a las actividades que se organizan para los mas pequeños, no hay mas que ver cuanta gente congregan. -¿De donde viene tu relación con este mundo?
De Nicasio y Martina, mis padres. Mi padre tenía una fundición de hierro colado en Gaviria “Fundiciones Gaviria” que él fundó (el cubilote que se expone en el museo del hierro de Legazpi lo fabricaron para aquella fundición, donde yo he trabajado de chaval). Cuando se vendió en los 60, el coleccionista que llevaba dentro le llevó por muchos países y con su afición al resto de la familia, a mi incluido. Desde niño he vivido este ambiente como aficionado y en el 84 me hice profesional, importando material de Marruecos y luego de Brasil, China, Sudáfrica…
-Es una afición que ha convertido en profesión ¿Se puede vivir de las piedras?
No es fácil, pero voy a cumplir 25 años y la respuesta necesariamente tiene que ser afirmativa. En una sociedad industrial como la nuestra el sector servicios o no se entiende o se pone bajo sospecha y hay muchos que esto no se lo creen.
-¿Cuál es su piedra favorita y porqué?
Actualmente la Tanzanita, su color, brillo y escasez, la hacen muy atractiva. Lástima que no este a mi alcance.
-¿El mayor tesoro de su colección?
Ahora apenas tengo cosas en la colección. Tras la venta, los tesoros se quedaron en el Museo. He empezado dos colecciones, una de peces fósiles del mundo y otra de cuarzos del mundo. Es pronto para hablar de tesoros, pero si referencio uno, en el museo, es una amatista sobre calcita de Enekuri en Vizcaya.
-Lo más lejos que has ido a buscar o a comprar una pieza?
Lo más lejos no sé, porque coges un avión y te plantas en cualquier sitio. Me fui a Rusia, pero la sensación no fue de lejanía. Sin embargo en Artigas, Uruguay, en plena pampa, visité una mina de amatista a la que tardé en llegar seis días, primero tomé el tren de la Uruguayaza, luego de dormir en una estación, cogí un autobús por pistas hasta la frontera y finalmente en un taxi pasamos a Uruguay. Será un viaje que no se me olvidará fácilmente.
Fuente: GIDA (Urola)
Autora: Tere Madinabeitia
Fotografías: Iñaki Alejo y GIDA.
Enviado: Juanjo LG
Trascripción: Picapiedra
Enviado: Juanjo LG
Trascripción: Picapiedra
2 comentarios:
Magnífico artículo.
¿Cómo se nutre el museo de nuevas piezas, si es que lo hace?
Hola Mmarte, por lo que yo sé recibe donaciones tanto de comerciantes como de particulares, son muchas las personas que ha conocido Aguado en su periplo mineralogistico y son estas personas las que se acercan a él con piezas minerales y este lema: "para tu museo".
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