miércoles, 8 de septiembre de 2010

Editorial: El intercambio de minerales, ventajas e inconvenientes.

Buenos días, hoy dedicaré el Mineral Digital al intercambio, sobre todo a las caracteristicas de ciertos intercambios, poniendo énfasis en las diferentes formas de este trueque dependiendo con quien se hagan. El porqué de esta editorial de hoy tiene que ver, como en otras muchas editoriales publicadas anteriormente, en el típico ataque de envidia que sufren algunos elementos que pueblan la mineralogía española y que no soportan que uno disfrute sin venirse arriba con todo tipo de estupideces.

El intercambio tiene ante todo, una ventaja indiscutible, el poder disfrutar de una pieza que de otra manera te habría costado un dinero importante el conseguirla. También tiene otra ventaja insoslayable, el placer de conocer a la persona con la que intercambias, ese estrechar lazos y relaciones entre aficionados y compañeros. Se puede intercambiar por correo, por telefono y también personalmente, cada cambio es diferente y tiene sus propias reglas y normas a seguir.

Tras mi viaje a la mesa de intercambio de San Vicente del Raspeig, he podido comprobar la diferente calidad existente entre unas mesas de intercambio y otras, y no me refiero solamente a la calidad de las piezas, que también, sino a la calidad humana de los intercambiadores. Pondré un ejemplo gráfico. Hace un tiempo acudí a una mesa de intercambio en Madrid, llegué tarde, como a la de San Vicente, lo coloqué todo deprisa y corriendo, y ahí saltó la primera diferencia, mientras en Madrid las cajas fueron asaltadas y las piezas literalmente llevadas, cuando aun las estaba colocando, en San Vicente las personas se limitaron a mirar con las manos en la espalda, observando que material tenian delante y lo que les iba interesando, lo iban marcando en su tarjeta de reserva. Ocurrió en Madrid, que hubo gente que se llevó piezas vitrinables y cuando me acerqué a su mesa, sólo tenían micros o material del que yo, y esto es personal de cada uno, dejo en la escombrera, como ya habían guardado las`piezas que se habían llevado de mi mesa, tuve la delicadeza y las pocas ganas de montar un follón, de permitir que se las quedaran. En cambio en San Vicente, al estar las piezas reservadas, pude moverme con toda tranquilidad y aprobar o desechar diferentes intercambios, sin hacer el tonto y sin herir susceptibilidades.

Ocurrió en Madrid que llevé dos cajas de material para regalar a los niños, como siempre me gusta hacer, sea en ferias o en mesas de intercambio, ambas cajas contaban con cerca de 80 piezas en total de azufres, hubo en esa mesa, seis niños visitandola, cual sería mi sorpresa cuando vi a personas de muchos años saqueando dichas cajas, armados de lupa y de muy poca verguenza, se iban guardando una tras otra las piezas destinadas a los niños, resultado final, quedaron diez piezas en una caja, las cuales abandoné allí mismo.
En cambio en San Vicente llevé una caja cargada de piritas, regalé media caja, y aún tuve la suerte de que alguien se interesó por la otra media y me la cambió por una pieza definitiva, es decir, por una pieza dificilmente mejorable.

Me he traido unos 120 piezas de San Vicente, de Madrid traje 40, la calidad de las primeras supera en mucho a la calidad de las segundas, he gastado unos 130 euros en gasoil y cafés en este viaje, a la comida fuí invitado, es decir que si echara las cuentas que echan otros por ahí, las piezas me habran salido a un euro cada una. Conocí a muy buena gente en ambas convocatorias, y también conocí lo peor, lo más ruin y rastrero en la madrileña, algo que no me he encontrado en la segunda. Por supuesto nunca volveré a la madrileña, y no por acontecimientos posteriores, sino por la baja calidad moral de muchos de sus asistentes, sobre todo de algunos que solo iban de visita y que salían con los bolsillos llenos.
Buena gente con la que cambiar, la hay a patadas, ya sea por correo, por telefono, o personalmente, la lastima es las "gotas sucias" que decía Ghandi, las cuales enturbian esta marea humana en la que nos movemos.
Alguna de estas gotas sucias, que va de gran intercambiador/regalador por la vida, no tiene verguenza ninguna y muy pocos escrupulos, te pide dos piezas por correo, le envias fotografias, medidas y tamaños exactos, escoje las mejores de lo que le muestras, no corresponde haciendo lo mismo, tu le envias lo que ha elegido, y el te envia dos truños tocados y jodidos, cuando te quejas, te dice que tus piezas eran "diminutas" y que lo que te ha enviado él, es inmejorable, y no contento con eso intenta desprestigiar tus cambios con otras personas. Y todavía pretende dar lecciones de moral y de buen hacer.
También existe el enano rencoroso, el que además de ser una gota sucia, no concibe que tu seas feliz haciendote una kilometrada para disfrutar de los colegas y de los minerales, el que envidia tu independencia y movilidad, que traga bilis cada vez que lee que has conseguido algo, has descubierto algo o has cambiado algo, ese mismo enano repelente que no encuentra más que truños masivos y que piensa que esos truños son inmejorables, igual que el advenedizo anterior, dios los cría y ellos se apuñalan. Con todo esto quiero decir que cambieis, que disfruteis, y que aumenteis vuestras colecciones a vuestro gusto y manera, sin necesidad de que nadie os enseñe ni os diga como hacerlo, ya bastantes enemigos tienen las mesas de intercambio en los feriantes, como para que encima hagamos caso de los advenedizos, enanos y envidiosos de turno, sin olvidarnos de los asaltacajas o de los sinverguenzas integrales que son capaces de llevarse las piezas de los críos.

Hace un año me quedé con las ganas de contar todo esto, por no dañar la imagen de nadie, ni de ninguna mesa en concreto, el tiempo demostrará que mesas y quienes son los que intercambian decentemente, y a cuales solo van cuatro buena personas, y un montón de piratas parcheados y cojitrancos.

Por eso y desde el Mineral Digital, elevo un canto al intercambio y una loa a la buena gente que intercambia y regala, y literalmente micciono sobre la gentuza que intenta aprovecharse de la buena voluntad del resto, desechos sociales que sólo tienen cabida en su propia madriguera, acompañados de alimañas venenosas como ellos mismos.

Saludos de intercambio.

Texto e imagenes: Picapiedra
Mineral de las imagenes: Wulfenita (ay las prisas, gracias). Mina Ojuela. Mapimí. Durango. Méjico. Tamaño pieza: 21 x 14 cm. Procedente de la mesa de intercambio de San Vicente del Raspeig.

1 comentario:

Rodrigo Fresco dijo...

Bueno voy a lanzar una piedra a favor de Pablo de la que puedo dar fe y que nadie puede echar por tierra ya que es mi experiencia con el. Hace unos meses le envié a Pablo después de unas charlas en un foro discutiendo que el licor gallego era bueno y que sabía diferente dependiendo de que zona una botella de licor de café como regalo que se quedó en correos, seguro que aún huele por allí, ya que se rompió. A las pocas semanas le volví a enviar otra botella( os aseguro que el no se la esperaba ya que me había dicho que no se la mandase). Bueno pues a las dos semanas de enviárselas recibí de su parte un paquete cargado de Minerales que hoy forman parte de mi colección, ahora mismo no recuerdo cuantas piezas fueron pero os puedo asegurar que bastantes y de buena calidad. Cuando me llegó el paquete me puse en contacto con Pablo diciéndole que no podía corresponderle a ese envío a lo que me contestó que era un regalo y que lo aceptase tal cual sin querer recibir nada a cambio que el cuando mandaba algo de regalo solía hacer siempre lo mismo. Desde aquí dar las gracias a Pablo públicamente y decirle que esas piezas las guardo como oro en paño. GRACIAS

 
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