Hace seis años, un grupo de vecinos de Olmos de Atapuerca que accedió al interior de la mina Esperanza tuvo la sensación de que habían entrado en un espacio en el que el tiempo se había detenido. «Fue como en la película 'Titanic', cuando la cámara permite ver que todo había quedado tal cual era antes de hundirse», relata Eduardo Cerdá, alcalde de la localidad. La mina de hierro había cerrado en la década de 1950 y la actividad del resto del complejo cesó en los años setenta. En la Esperanza, todo quedó como si hubieran tenido la intención de volver a trabajar al día siguiente. «Echaron algunas paladas en las bocas de acceso. Cuando entramos, encontramos hasta las herramientas apoyadas en su sitio, como las habían dejado hace 50 años. Había hasta pisadas en el barro que tenían que ser de esa época, porque habían cerrado las galerías y se había conservado todo perfectamente», explica Cerdá.
El Ayuntamiento de la localidad quiere ahora aprovechar este recurso, situado a cuatro kilómetros escasos del centro de recepción de visitantes de Atapuerca, y convertirlo en un atractivo turístico y cultural más para la zona. El proyecto de parque geominero recuperará parte de las galerías de mina Esperanza para abrirlas al público con intención divulgadora e investigadora. El parque servirá para «explicar cómo se formaron los materiales en el subsuelo», pero también para «hablar de la cultura y el trabajo tan duro que supuso la minería en esta zona, porque siempre se asocia más a Asturias o León, pero aquí también hubo actividad minera que, en su día, fue importante», incide.
El desarrollo del proyecto costará cerca de 200.000 euros. La Asociación de Desarrollo Rural Agalsa ya ha concedido 120.000 euros procedentes del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y una empresa de la zona también ha comprometido fondos. Aun así, todavía faltan en torno a 50.000 euros para poder rehabilitar las galerías. El alcalde de Olmos de Atapuerca espera conseguir esa cantidad de alguna institución u organismo que quiera invertir en el proyecto, y así abrir este recurso cultural y turístico la próxima primavera.
Cerdá insiste en que, además de por su interés geológico y por ser patrimonio industrial, el parque geominero de Olmos podría acoger eventos de tipo cultural. «Las minas de hierro dan el ocre, de donde se sacan el amarillo y el rojo, como el utilizado en Altamira. Excavando, aparecen distintas tonalidades, como anaranjados y violetas, es espectacular. Se puede hacer un montón de cosas e incluirlas en el programa cultural de Atapuerca».
Uno de los principales objetivos es aprovechar la afluencia de visitantes a los yacimientos y proporcionar recursos atractivos para que los viajeros se decidan a quedarse en la zona. «La queja de la hostelería es que la Sierra de Atapuerca es un lugar de paso, porque se puede ver todo en un día», concluye.
Fuente: El Norte de Castilla
Texto: Rosalía Santaolalla
Imagenes: Unican y F. Ordoñez.
Enviado: Luis Beltrán
Composición: Picapiedra
No hay comentarios:
Publicar un comentario