Hoy le dedico esta editorial del Mineral Digital, con todo mi "cariño" y "profunda admiración", al grupo catalán encabezado por el coleccionista de minerales Jaume Vilalta, su compañero Roca, y tres individuos más. Creo que ha llegado el momento, tras tres años, de poner a cada uno en su lugar.
Esta historia comenzó hace tres veranos, mi compañero de salidas mineraleras Juanjo Losada y un servidor nos hallabamos picando en la Mina Nieves, en Viernoles, con permiso de su entonces facultativo de minas, a quien habíamos avisado de que subiríamos el domingo por la mañana a ver que encontrabamos. En esas estabamos, picando una geoda de calcitas en cuarzo donde se podía estar en pié, habiendo sacado unas cincuenta piezas, que cuidadosamente reposaban en un bolo grande a la salida de la geoda, pasandolo en grande y disfrutando de la jornada, cuando se nos acerca un grupo de cinco personas, sin mochilas, pero con herramientas en las manos.
Tras preguntar por el encargado de la mina, y responderles nosotros que no se encontraba allí, y que nosotros no eramos nadie ni para echarles ni para darles permiso, nos dijeron que eran de Cataluña, y que venían de vuelta de Asturias, de donde les habían echado de varias minas de fluorita controladas por Minersa y de la Viesca, propiedad por entonces del difunto Fernando Brugos. Total, que se volvían para Cataluña sin una sola pieza en los bolsillos, y que habían parado a probar suerte en la Nieves.
Les indicamos cuales eran las paredes más propicias y seguimos a lo nuestro, nos hicieron algún comentario sobre la geoda que estabamos trabajando y sobre la calidad de las piezas que habíamos ido extrayendo, y se repartieron por la explotación. No había pasado una hora y ya estaban otra vez delante nuestro, que si no había mucho donde picar, que vaya pena de explotación, que si vaya viaje perdido, etc...
Nosotros, callados y escuchando sus lamentaciones, hasta que ya por fin uno de ellos (supimos después sus nombres) nos pide que les dejemos picar un rato en la geoda. Como ya habíamos sacado bastantes piezas, y la verdad es que nos dió cosa que hubieran hecho un viaje tan largo para irse con las manos vacías, les dejamos atacarla, en poco más de una hora extrajeron una docena de piezas para cada uno, como no habían bajado mochilas, llevaban los brazos llenos, y esto dificultaba la despedida y el estrechar las manos. Sus palabras eran todo agradecimiento por haberles dejado picar la geoda y llevarse aquellas piezas. Nos dijeron que en cuanto llegaran a Cataluña nos iban a devolver el favor enviandonos un lote de minerales catalanes, para lo cual mi compañero les dió su dirección, mientras yo me hacía el loco tras enterarme en la despedida de que uno de ellos era el conocido Jaume Vilalta, conocido por su mala fama en el mundo mineralogico, y por su colección de minerales, que cuelga en la red como gancho, para atraer a incautos que le compren la morralla que no quiere para su vitrina. Uno más del mercado negro.
Tras irse le expuse mis dudas a mi compañero sobre si habríamos hecho bien comportandonos hospitalariamente con este grupo catalán, pero como siempre, hay que darle el beneficio de la duda a las personas y dejar que el tiempo ponga a cada uno en su lugar.
Como ya os imaginareis, han pasado tres años desde aquel encuentro, y nunca llegó ningún lote, ni un agradecimiento, ni nada.
Hay personas que las conoces y te decepcionan, otras simplemente te demuestran que todo lo malo que se dice de ellas es cierto, y este es el caso de Vilalta, Roca y compañía, gente de medio pelo que ha creado su colección a base de engañar, trapichear, expoliar y reventar uno tras otro todos los yacimientos a los que han tenido acceso.
Pasado el tiempo, ni mi compañero, ni yo mismo, les guardamos ningún rencor, pero creemos que esta es una historia que todo mineralogista español debe conocer, no es una historia excepcional, ni siquiera es una historia rara o inédita, quien la hizo una vez la hará siempre, y quien así se comporta, como tal queda. Dice el refranero español: "De bien nacido es ser agradecido", está claro que los desagradecidos son unos mal nacidos, aplicando la viceversa.
A lo largo de los años hemos encontrado personas en Cataluña maravillosas, generosas, altruistas, así que no etiquetemos a los catalanes por este grupo de desagradecidos, ya que os podría contar historias de mal nacidos madrileños, andaluces, asturianos, gallegos, vascos, y como no, de cántabros, pero todos esos tendrán su editorial tarde o temprano en este blog, porque si algo tenemos los norteños, es muy buena memoria.
Texto e imagenes: Picapiedra
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