Buenas tardes, este pasado domingo 22 de Marzo visité tras una larga ausencia de muchos años esta antigua explotación hoy restaurada. Antaño pude extraer, durante el periodo de explotación de la cantera como gravera de aridos, distintas muestras de ámbar rojo, en tamaños apreciables, de antiguos estratos hoy enterrados bajo toneladas de escombro de obra e industria y una capa de tierra vegetal, la restauración, ya se sabe.
No tenía muchas expectativas de nada, un paseo, unas fotos y poco más, alguna muestra de lignito fosil para alguna colección pública, y tomar el aire, algo que tras este largo invierno se agradece.
A medio paseo me percaté de que las antiguas cortas se hallaban sumamente vegetadas, y de que el centro de la cantera se halla hoy cruzado de caminos para senderistas, deportistas, turistas y otros "artistas", decidí alejarme de las zonas conocidas donde antaño picábamos buscando ámbar, una resina que al contrario de la encontrada en La Florida en la última decada, no contiene insectos o inclusiones vegetales, sino carbonosas, hecho por el que nunca se protegió, ni se valoró, demasiado frágil para su tallado, y falto de interés cientifico, no pasó nunca de ser una pieza vitrinable en colecciones españolas de minerales.
Como decía, me alejé buscando algo visible, y lo encontré, un ligero rastro de cristales exfoliados muy mínimos me llevó a un bolo abandonado de areniscas calcareniticas, recordemos que esta cantera se encuentra dentro de la unidad litologica llamada Formación Reocín, y que su era geologica, hasta hace pocas fechas era el Aptiense, hoy denominado Cenomaniense/Albiense para este tipo de resinas por el IGME (Instituto Geominero Español). Es decir, que nos hallábamos en un delta fluvial con bosques de coníferas, el del Río Saja, que desemboca en el Mar Cantábrico.
Este bosque ardió, las coníferas cayeron en llamas sobre la ribera pantanosa del Cenomaniense, plagada de moluscos y bivalvos, la resina se escapó y goteó, formando lágrimas de ámbar sobre la arena y la basa margosa, atrapando mientras se enfriaba restos de cenizas y carbones de las ramas y troncos recién quemados, y algo más, algo que hasta hoy, servidor nunca encontró en restos de ámbar procedentes de bolsadas, arrubios y derrubios.
Explico todo esto para que se entiendan mejor las imagenes que os ofrezco, faltas de calidad fotográfica (como siempre) pero explicativas de lo hallado, inclusiones esféricas dentro del ámbar, concretamente cuatro en una lágrima de un centímetro, que se exfolió al separar el estrato y dejó a la vista estas cuatro esferas, las cuales, vistas a cuarenta aumentos semejan pequeños caracolillos o pequeños huevos fósiles, ahora mismo todo es presunción, envío una muestra de estas curiosidades por si fuera de utilidad su investigación.
Como veis, donde no queda nada, donde nadie lo espera, puede surgir una curiosidad que te alegre el día, solo es cuestión de mantener los ojos bien abiertos, y el ánimo en la búsqueda.
Saludos norteños
Planos y escalas: Journal of iberian geology numero 31
Fotografias y texto: Picapiedra
No tenía muchas expectativas de nada, un paseo, unas fotos y poco más, alguna muestra de lignito fosil para alguna colección pública, y tomar el aire, algo que tras este largo invierno se agradece.
A medio paseo me percaté de que las antiguas cortas se hallaban sumamente vegetadas, y de que el centro de la cantera se halla hoy cruzado de caminos para senderistas, deportistas, turistas y otros "artistas", decidí alejarme de las zonas conocidas donde antaño picábamos buscando ámbar, una resina que al contrario de la encontrada en La Florida en la última decada, no contiene insectos o inclusiones vegetales, sino carbonosas, hecho por el que nunca se protegió, ni se valoró, demasiado frágil para su tallado, y falto de interés cientifico, no pasó nunca de ser una pieza vitrinable en colecciones españolas de minerales.
Como decía, me alejé buscando algo visible, y lo encontré, un ligero rastro de cristales exfoliados muy mínimos me llevó a un bolo abandonado de areniscas calcareniticas, recordemos que esta cantera se encuentra dentro de la unidad litologica llamada Formación Reocín, y que su era geologica, hasta hace pocas fechas era el Aptiense, hoy denominado Cenomaniense/Albiense para este tipo de resinas por el IGME (Instituto Geominero Español). Es decir, que nos hallábamos en un delta fluvial con bosques de coníferas, el del Río Saja, que desemboca en el Mar Cantábrico.
Este bosque ardió, las coníferas cayeron en llamas sobre la ribera pantanosa del Cenomaniense, plagada de moluscos y bivalvos, la resina se escapó y goteó, formando lágrimas de ámbar sobre la arena y la basa margosa, atrapando mientras se enfriaba restos de cenizas y carbones de las ramas y troncos recién quemados, y algo más, algo que hasta hoy, servidor nunca encontró en restos de ámbar procedentes de bolsadas, arrubios y derrubios.
Explico todo esto para que se entiendan mejor las imagenes que os ofrezco, faltas de calidad fotográfica (como siempre) pero explicativas de lo hallado, inclusiones esféricas dentro del ámbar, concretamente cuatro en una lágrima de un centímetro, que se exfolió al separar el estrato y dejó a la vista estas cuatro esferas, las cuales, vistas a cuarenta aumentos semejan pequeños caracolillos o pequeños huevos fósiles, ahora mismo todo es presunción, envío una muestra de estas curiosidades por si fuera de utilidad su investigación.
Como veis, donde no queda nada, donde nadie lo espera, puede surgir una curiosidad que te alegre el día, solo es cuestión de mantener los ojos bien abiertos, y el ánimo en la búsqueda.
Saludos norteños
Planos y escalas: Journal of iberian geology numero 31
Fotografias y texto: Picapiedra
2 comentarios:
Pues ahí quieren poner la nueva depuradora que sustituirá a la de Vuelta Ostrera.
Saludos.
tambien el año pasado anunciaban en prensa un parque de interpretacion minero, y hace unos años iba a ser la ciudad de las artes y las ciencias etc etc etc y bla bla bla, al final.....vendrá el mar y se lo comera todo, ya verás.
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