Tras un breve parón en las actualizaciones, comenzamos este mes de noviembre en el Mineral Digital con renovados bríos y mucho que contar. Nos han regalado equipo fotográfico nuevo (Gracias a Agustín Puente) y aún estamos haciendo pruebas hasta que consigamos los niveles de calidad que deseamos con ello. Mientras tanto hemos seguido realizando nuestras habituales salidas de fin de semana, unas más provechosas que otras, pero siempre interesantes y entretenidas.
En esta ocasión narraros la visita que hicimos a la Mina Roberto, en el pueblecito de Paúl, Alava. Una antigua explotación de yesos situada a espaldas del pueblo y en la actualidad rodeada de un extenso bosque de pinos. Cuenta con dos bocaminas, una de ellas era la que servía de entrada a las galerías, la otra tenía como objetivo la salida del mineral, a traves de un cargadero que aún conserva. La primera impresión que da esta explotación es de inseguridad, grandes bloques han rodado hasta las entradas, no obstruyen el paso pero si son premonitorios de lo que nos encontraremos dentro.
La galería principal se encuentra sembrada de pedazos del techo, enormes bloques de yeso desprendidos que aún chorrean de humedad, se observa la actividad de turistas y aficionados en paredes y pilares, abundantemente picados, también la inevitable presencia de pilas usadas, alguna herramienta olvidada y viejos periodicos. Nuestro objetivo era conseguir algun yeso cristalizado que llevarnos a la mochila, lo cual se antojaba dificil, menos mal que dimos con una pequeña geoda y un par de grietas que nos permitieron extraer alguna muestra, cristales "cola de golondrina", tabulares y prismáticos, pequeños (ninguno superaba los dos centimetros) en matrices de yeso blanco y negro, en formaciones geodicas o en piezas sueltas. Los yesos rojos presentaban indicios de haber querido cristalizar sin haberlo conseguido, una pena. Exploramos toda la mina con sumo cuidado, pegandonos a las paredes para evitar que algún desprendimiento de los techos pudiera darnos un disgusto, hubo suerte y mientras estuvimos allí no cayó nada. Cuando ya habíamos recorrido toda la mina y nos disponíamos a emprender el regreso tuvimos un pequeño golpe de suerte, mi compañero Juanjo LG encontró indicios de calcopirita en una pared, tras picar un rato aparecieron unos estupendos cristales dorados de este mineral que completaron nuestra visita. También recorrimos la escombrera exterior sin ningún resultado mineralógico, eso si, disfrutamos del paseo por el bosque, contemplando setas, frutos de enebro y pequeños arboles caducos que puganaban por abrirse paso entre el pinar. Una jornada interesante y fructifera a una mina que no está en buenas condiciones, deberíamos tener un tercer ojo encima del casco para vigilar el techo.
Tras abandonar Paúl paramos a nutrirnos en Nanclares de Oca, os recomendamos una paradita en el "Bobbys Bar" de esta localidad, estupendos bocatas, muy bien de precio y un servicio excelente ( no nos llamaron la atención por dejarles el local perdido de barro).
Esto es lo que dió de si nuestra visita a la mina Roberto, pronto actualizaremos con nuevas salidas.
Saludos picapedreros.
Texto e imagenes: Picapiedra
Laguna de Veguilla
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Hola a tod@s
El 11 de noviembre al mediodía Irene Amorós y yo estuvimos viendo aves en
la Laguna de Veguilla, en la provincia de Ciudad Real.
Laguna de Ve...
Hace 29 minutos
4 comentarios:
Los minerales son preciosos.
Muy buenas! se os echaba de menos... Fantásticas las calcopiritas, como siempre felicidades...
Un saludo, Juan Usoz
Buenas, ante todo confesarme seguidor asíduo de tu blog y elogiar tu trabajo constante. No es por ser aguafiestas pero para mí, al menos la ultima pieza me tiene bastante más pinta de pirita que de calcopirita. Para ser exactos me parecen piritoedros modificados y aparentemente maclados. Por otra parte no citas la presencia de alteraciones de cobre, que no faltarían en caso de ser calcopirita. ¿Cómo lo veis?
Saludos. Roi Sampedro
Gracias a todos por vuestros comentarios ante todo. Sobre la apreciación de Roi, me parece muy interesante y del todo acertada, las prisas no son buenas consejeras y en este caso creo que llevas toda la razón.
Un saludo norteño
Pablo
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