Recién acabadas las vacaciones de Semana Santa en el Mineral Digital, nos hacemos eco del articulo de prensa que le han dedicado a un coleccionista de minerales y exminero en la prensa andaluza, Julio Lardín, de Linares:"Poseer cuatrocientas variedades de minerales de colección no es una tarea fácil. A Julio Lardín le ha costado treinta años de su vida obtenerlas. Su casa es un museo natural y minero cuyas vitrinas guardan su valor más preciado.
Pero la cifra responde a las mejores. En total, son unos cuatro mil minerales los que posee, de los cuales, mil son de colección. Hijo y nieto de minero, Julio Lardín siempre ha visto piezas minerales en su casa. En 1979 entró a trabajar como compostero en la Mina de La Cruz, en el Pozo nº1. «Fue entonces cuando comencé a coleccionar para mi. Siempre he visto minerales en casa de mis padres, cuando entré en la mina, la verdadera afición se despertó».
Gracias a su trabajo, obtuvo sus primeros minerales extraídos de la tierra linarense: anglesita, anquerita, galena, malaquita, calcita, cuarzo, varita, blenda, wulfenita, cerusita, azurita, dolomita, pirita, marcasita, piromorfita. y hasta el mineral que por ser descubierto aquí, se llama Linarita.
«Por mi trabajo de compostero, tuve la posibilidad de ver muchos minerales. Cuando veía algo que me interesaba, lo cogía. Otros los buscaba por terreros y minas antiguas, intercambiando con otros coleccionistas y visitando otras regiones mineras como Oviedo, Córdoba, Cartagena, La Unión, Badajoz, Almadén. o ferias como la de Barcelona, Madrid y Murcia. Ahora llega la de Peñarroya, donde posiblemente vamos a exponer».
El mineral más antiguo de la colección de Lardín es una galena cristalizada. El más valioso, «todos, aunque quizá por el nombre sea la Linarita de Linares, escasa y rara de encontrar». Otra de las grandes rarezas que posee su colección es una pieza de arsenopirita, blenda y marcasita, «tres minerales en una misma matriz. La encontró un amigo en Linares. Se la quería comprar y él me la regaló. Su valor reside en su curiosidad y que a pesar de que son minerales de la zona, no se encuentran». Por supuesto, también posee piedras preciosas, como un diamante, una esmeralda, granates o topacios.
Lardín explica que los coleccionistas, en su mayoría, son gentes que han vivido en zonas mineras y valoran, ante todo, los minerales de su zona.
Estos son tiempos difíciles a la hora de encontrarlos. «Ya todo lo que queda es 'micro'. Grande no se encuentra nada en los terreros». Y es que observando de cerca una de sus piezas se valora la perfección y la belleza de la naturaleza.
Para que un mineral sea de colección -explica Lardín- debe reunir cuatro requisitos mínimos: «Tener una buena estética, el color, estar cristalizado y no tener golpes».
Lo máximo que le han llegado a ofrecer por una de sus piezas fue «mil euros, por una galena ortaédrica». Lo máximo que se ha llegado a gastar: «Ciento cincuenta euros. Únicamente de mi colección han sido cinco las que he comprado, el resto han sido cogidas o intercambiadas por mi».
Lejos de lo que pudiera parecer, esta afición requiere costes económicos, no tanto para su adquisición como su mantenimiento. En casa de Julio Lardín, «gracias a que a mi esposa también le gustan los minerales», las vitrinas se limpian a fondo una vez al año. «Hay que sacar con cuidado cada una de las piezas, pues son muy delicadas.
Dependiendo del mineral, tienen su tratamiento. Unas se pueden mojar, otras no y hay que quitarles el polvo cuidadosamente con una brocha. El cuarzo, por ejemplo, se queda brillante lavándolo con agua fuerte. A otras se les quita el óxido con un ácido; pero en resumen, se trata de tiempo y paciencia».
Junto a Lardín, son varios los linarenses que poseen colecciones de minerales. Más o menos numerosas, colaboran cediendo parte de ellas para la exposición que, ya convertida en tradición, organiza cada feria de San Agustín el Colectivo Arrayanes, al que pertenecen."
Fuente: El Ideal.es
Texto: Celeste Cruz. Linares.
Imagen: Enrique. Linares.
Enviado: José A. V.
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