El Mineral Digital de hoy lo dedicamos a la ardua defensa de un escritor y arqueologo oscense, de su patrimonio natural, y de la riqueza de éste, ante el avance de la industria extractiva:
Mariano Badía, arqueólogo y gran conocedor y experto en la Sierra de La Carrodilla -sobre la que ha escrito varios libros-, considera que los daños que en el ámbito arqueológico pueden derivarse de la explotación de dos canteras en esta sierra del municipio de Estadilla "pueden ser irreparables y, además, imperdonables y punibles".
Por ello, considera que, "sin lugar a dudas", hay razones suficientes para paralizar el proyecto, previsto en un terreno de titularidad privada perteneciente a la "Sociedad de la Sierra," encargada de gestionar dicho espacio natural.
Fue en el año 2008 cuando la sociedad catalana Jetprom S.L. inició los trámites para explotar dos canteras para la extracción de piedra caliza ornamental, denominadas Julia y Lucía, que ocuparían una superficie global de algo más de 35 hectáreas (una más de 8 y otra 27), separadas entre sí 600 metros. Las parcelas se encuentran en la ladera sur de la sierra, donde abundan arbustos y matorral mediterráneo, y donde se localizan yacimientos arqueológicos.
Las solicitudes para llevar a cabo las dos canteras, que crearían tres puestos de trabajo, están en exposición pública en el Ayuntamiento de Estadilla hasta esta misma semana, después de haber recibido informes favorables de las consejerías de Industria y Medio Ambiente del Gobierno aragonés. Aunque hasta que finalmente el Ayuntamiento conceda o no las licencias de actividad medioambiental y de obra los expedientes deben pasar por varios organismos, la empresa ha iniciado los trabajos de las catas de prospección.
El proyecto ha suscitado inquietud entre algunas personas y oposición frontal entre otros, que advierten de las afecciones paisajísticas y al patrimonio arqueológico.
Mariano Badía apunta que se está generando un movimiento opositor a la instalación de las canteras en La Carrodilla, donde hay "yacimientos de pinturas rupestres protegidas por la Unesco porque han sido declaradas Patrimonio Mundial, y hay una sima donde se encontró el insecto cavernícola "speophilus carrodillae", único en el universo". En este sentido, indica que en la zona de explotación, el patrimonio cultural estadillano está representando por restos menores "como la aparición a nivel superficial de industrias líticas trabajadas en sílex, que podríamos enmarcar entre el Paleolítico y la Edad del Bronce, hachas pulimentadas, fragmentos cerámicos prehistóricos, molinos de granito, morteros, etcétera". Pero también hace referencia a otros "de mayor envergadura, como el asentamiento de la Cova Alonsé, en los accesos al valle de Chardiz, datado en el Magdaleniense Inferior con fechas de 17.000 años de antigüedad, o el impresionante conjunto de abrigos rupestres prehistóricos del Forau del Cocho y de la Coveta del Engardaixo".
Hace referencia, también, al promontorio Palomera, que está lindando con una de las canteras, "y que significa para Estadilla uno de los lugares más emblemáticos", en cuya "cima y alrededores se recogen abundantes restos cerámicos concernientes a las Edades del Bronce y del Hierro, además de medievales".
En definitiva, estima que "los vestigios arqueológicos que han llegado hasta nosotros son mucho más que los materiales que hemos podido recuperar; también pertenecen a su continente más inmediato: el paisaje que en ellos se inserta y que nuestros antecesores tanto respetaron y que ahora está en peligro. A las dos canteras previstas hay que añadir la de Fonz, que ya está en funcionamiento, por lo que el aspecto de la sierra será demoledor", apunta.
Pero además, este experto en la sierra de La Carrodilla alerta que en la zona "existe una vía de escalada que figura recomendada en rutas y libros especializados, un comedero de aves carroñeras, con bellísimos ejemplares de quebrantahuesos y de águilas perdiceras, especies protegidas, una selecta fauna y flora, reservas hídricas naturales que desde siempre han abastecido al pueblo y un micro clima envidiable". Por ello, se pregunta : "¿Merece la pena, pues, que por tres puestos de trabajo tengamos que resignarnos a perder todo lo que la naturaleza nos ha legado a los oscenses como regalo divino desde tiempos inmemorables ¿Y si con el tiempo la empresa deja de ser productiva y debe cerrarse ¿Cuánto pagarían las grandes urbes por disponer de un contexto semejante ".
Fuente: Diario del Alto Aragón
Texto: D. A.
Imagenes: S. E. y A. H.
Enviado: Luis Alsua
Composición: Picapiedra
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