lunes, 14 de julio de 2008

La minería asturiana registra cinco accidentes cada día.



Asturias.- La minería sigue siendo una actividad profesional de alto riesgo. Sólo en Asturias, el sector sufre una media de cinco accidentes laborales al día, si bien es cierto que el 98 por ciento de ellos son de carácter leve. De acuerdo con los datos que maneja el Ministerio de Trabajo, durante el pasado año se produjeron 2.064 percances en las explotaciones carboneras de la región, de los cuales doce fueron calificados como graves y se saldaron con dos víctimas mortales. Los datos de Trabajo de 2007 confirman que el número global de accidentes en las minas asturianas se redujo en casi un centenar con respecto al año anterior, aunque, por contra, aumentaron los calificados como graves y los mortales. En concreto, en 2006 se produjeron 2.140 percances, cinco de ellos de relevancia, sin que, por fortuna, hubiera que lamentar fallecimientos. Pese al acusado descenso en el número de profesionales, debido al cierre de numerosas explotaciones y a las cada vez mayores inversiones en materia de seguridad, las estadísticas del Gobierno central confirman que la minería es todavía uno de los sectores de más riesgo en la región. Sólo lo superan, en lo que se refiere al número de accidentes graves y de víctimas, la construcción y la metalurgia. En las obras asturianas se produjeron 52 percances de entidad durante el pasado ejercicio, con seis fallecidos, mientras que en la industria metalúrgica hubo trece accidentes de consideración y cuatro víctimas mortales. Los datos del Ministerio de Trabajo correspondientes al presente ejercicio no están desglosados por comunidades autónomas y solamente se refieren al período comprendido entre enero y abril. En esos cuatro meses, se produjeron 1.240 accidentes en las explotaciones españolas. Cuatro fueron de relevancia y se cobraron una víctima mortal. A partir de mayo, y ya fuera de las estadísticas oficiales, la minería astur-leonesa ha lamentado otras tres víctimas, una en la región y dos en la provincia vecina. El primer suceso mortal tuvo lugar el pasado 25 de mayo, cuando Benigno Álvarez, un vigilante del pozo Eloy Rojo, ubicado en Santa Lucía de Gordón, perdía la vida al quedar atrapado por una gran masa de lodo ocasionada por el reventón de una balsa de agua. Tan solo unos días después, fallecía el minero José Joaquín Quinteiro, de 47 años y de nacionalidad portuguesa, tras derrumbarse parte de la galería de una explotación ubicada en el término municipal de Torre del Bierzo. La última víctima mortal de la minería en lo que va de año, primera en las explotaciones asturianas, se registró la pasada semana en el pozo Montsacro de Hunosa, ubicado en el concejo de Morcín. El barrenista Benjamín Pasarón Fernández, conocido popularmente como «Jamo», perdía la vida a 580 metros de profundidad, en la galería octava izquierda de una explotación en la que llevaba 18 años. Según el testimonio de sus compañeros, Pasarón estaba trabajando junto a un ayudante cuando, a raíz de la ruptura del cable de contención, resultó arrollado por una lancha de transporte de material. El experimentado minero -de 38 años de edad, casado, sin hijos y natural de Santa Eulalia de Morcín- fue sacado al exterior todavía con vida, aunque falleció poco después. Los datos del Ministerio de Trabajo confirman que la minería es la tercera actividad profesional con un mayor número de accidentes graves y víctimas mortales de la región. Sólo la superan la construcción y la metalúrgica.
José A. ORDÓÑEZ Mieres / Langreo

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