miércoles, 15 de febrero de 2012

El "Clavo de Oro" de la Geología se ha colocado en Getxo. País Vasco.

El clavo de oro ya luce en la playa de Gorrondatxe, en detrimento de la cuenca de París. Es el distintivo dorado otorgado por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas a aquellos lugares de especial singularidad y propiedades en el mundo de los estratos geológicos. Se colocó ayer en el punto del arenal donde las rocas tienen una antigüedad de 48 millones de años, de modo que se han convertido en uno de los mejores lugares del mundo donde los expertos pueden estudiar el período Luteciense.

El símbolo que se ha ganado Azkorri por ser uno de los mejores testigos del pasado abre un abanico de posibilidades futuras. «Esta designación tiene varios ámbitos de recorrido, como el científico a nivel internacional; el turístico, junto con el de Zumaia, con la posibilidad de un parque geológico en el futuro; y también el educativo y el pedagógico». Así lo manifestó el alcalde, Imanol Landa, quien resaltó que geólogos de todo el mundo tendrán en Getxo un filón donde llevar a cabo sus trabajos de investigación.

Esas rocas de Azkorri son como un libro abierto para los expertos. Al echar la vista a aquel período, los sedimentos y todo ese entorno estaban sumergidos en el fondo marino a mil metros de profundidad. Esas características han permitido que los acontecimientos acaecidos a lo largo de la formación y evolución de nuestro planeta hayan quedado grabados en sus rocas. Es como si la historia geológica hubiese escrito su evolución para que la analicen. En este lugar se descubrieron dos nuevos fósiles, el Bizkaiensis y el Gorrondatxensis.

Se trata del registro natural de «una larga historia repleta de acontecimientos que los geólogos tratan de reconstruir investigando y 'leyendo' la información guardada en los materiales rocosos que afloran en distintos lugares de la superficie terrestre para, posteriormente, ordenarlos en una escala temporal a la que denominan Escala de los Tiempos Geológicos», según explicó Landa. Así se ha convertido Gorrondatxe en un marco temporal de validez global, cuya definición se basa en el estudio e interpretación de los estratos o capas en las que se suelen presentar las rocas formadas por la acumulación de sedimentos.

«Es un corte increíble, muy bien expuesto. Se pueden muestrear todos los estratos, tiene un potencial enorme», puntualizó el presidente de la subcomisión internacional de Paleontología, Eustaquio Molina. El alcalde resaltó que los nombres de Gorrondatxe-Azkorri y Getxo aparecerán ligados, en el futuro, a los libros de geología a nivel mundial.

En todo el mundo hay algo más de 60 clavos de este tipo situados en una de las más de 100 bases de los distintos periodos temporales que existen. Solo cinco están en la Península Ibérica: en Peniche (Portugal), Fuentelsaz (Guadalajara) y Zumaia, que cuenta con dos. Ahora la playa de Azkorri pasa a formar parte de este selecto club desbancando a París como referente del periodo Luteciense -nombre que recibe la etapa temporal de hace 48,6 millones de años-.

La historia de este éxito empieza a escribirse hace tiempo, cuando Orue-Etxebarria estaba preparando su tesis doctoral allá por 1977. "Estaba estudiando unos materiales que están entre Sopelana y Punta Galea, y entre medio está la playa de Azkorri. Yo hice la tesis ahí, y esos fueron los primeros trabajos que se publicaron con datos de esa playa, porque aquí no había trabajado geología nadie. Publiqué esos trabajos con una compañera de aquí, Estíbaliz Apellaniz, que también es del grupo de investigación en los años 83 y 84, pero para mí el más interesante es uno que apareció en 1985 en una revista alemana. Esa fue la primera vez que hablábamos de lo que ahora se llama estratotipo, antes era el límite entre el Yperesiense y el Luteciense y ahora se habla del estratotipo o la base del Luteciense, que es lo mismo. Ahí era la primera vez que intentábamos decir a la comunidad internacional que este sitio era muy interesante, porque las cosas que había aquí no las había en otros lados...", recupera el catedrático. Se retrotrae Orue-Etxebarria a aquellos tiempos y sonríe con picardía al recordar que muy poca gente -o nadie- le creía entonces, que muy pocos confiaban entonces en que el potencial de aquellas rocas de Azkorri fuera tan mayúsculo. "A veces pensaba: ¿Estaré yo equivocado?", asegura. Pero el paso de los años y el trabajo le han dado la razón. "Comparaba las cosas que encontraba en Gorrondatxe con la bibliografía de un montón de sitios del mundo y no entendía por qué en otra partes no había lo que había aquí. ¡Esto era distinto a lo de todo el mundo!", cuenta todavía impresionado. "Después de ese trabajo", prosigue, "cuando estaba con colegas de fuera en congresos intentaba que vinieran aquí a trabajar para que lo vieran, pero estoy casi seguro de que ninguno se creía lo que yo les contaba. Hice muchos intentos y no había manera... hasta que en 2006 organizamos un congreso internacional en el Euskalduna de Bilbao, donde vinieron cerca de 200 investigadores extranjeros y organizamos una salida a Gorrondatxe. Les llevamos allí y se quedaron asombrados. Fue el momento en el que la cosa se empezó a conocer a nivel internacional", destaca el doctor, que ha liderado el trabajo de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV, que ha sido desempeñado por seis profesores más los becarios que iban participando en el proyecto, "en total nos juntábamos siete u ocho".

Una vez que los estratos del arenal getxotarra fueron descubiertos por los incrédulos, comenzaron las labores para reconocer la valía de los estratos. "Los investigadores van proponiendo candidatos para cada periodo. Y nosotros propusimos la de Gorrondatxe. Se van sumando candidatos y al final se quedan dos, tres o cuatro como mejores. Después, se elige al mejor y para eso hay que hacer una reunión en la que se discute sobre las propuestas y se toma la decisión. Nosotros organizamos en 2009 un Consejo Internacional en Getxo al que vivieron todos los especialistas. Se votó y ganó Gorrondatxe por unanimidad superando la opción de la depresión alicantina de Agost. Luego toca pasar otra serie de filtros. Los dos últimos son el de la Comisión Internacional de Estratigrafía y la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, que es quien da la bendición, ellos son los que hacen lo que llamamos la ratificación. Estos dos pasos en el caso de Gorrondatxe fueron en enero y abril del año pasado. A partir de entonces ya queda claro que Gorrondatxe es la mejor sección del mundo del Luteciense", señala Orue-Etxebarria.

El doctor de la UPV enfatiza lo que este reconocimiento significa para Getxo. "Cualquier sección no se puede presentar. La Comisión Internacional tiene establecidos unos requisitos previos, como por ejemplo, que esa sección sea accesible para todo el mundo, es decir, que cualquier investigador que quiera ir a comprobar si lo que se dice de esa zona es verdad o no, pueda encontrar bien el sitio. Pero es que hay lugares en los que tienes que ir con la policía, que no puedes entrar o necesitas y un permiso especial. Por ejemplo, nosotros hemos ido a sitios de Egipto acompañados por el ejército. También puede ser que haya una sección muy buena pero que está en el Himalaya, pues no se puede decir que sea un estratotipo porque la mayor parte de los investigadores no podemos llegar allí. Otra cosa que tiene que cumplir es que la sección esté completa. La historia de la Tierra es como un libro, las capas que se han ido formando a lo largo de la historia son como las hojas de ese libro. El capítulo de ese libro que le correspondería a Gorrondatxe estaría completo y eso no siempre ocurre, porque en otros casos faltan algunas hojas. También es importante que ese capítulo del libro cuanto más gordo sea mejor, cuánta más información tenga, mejor. Otro valor es que haya gran cantidad de fósiles, de muchos grupos diferentes y que estén bien conservados. Lo que no interesa es que haya fallas, plegamientos que distorsionen la calidad de las rocas, algo que aquí no ocurre. Todo esto es lo que ha hecho que Gorrondatxe sea elegido como estratotipo", especifica Orue-Etxebarria, quien confiesa que las investigaciones que ha estado realizando durante tantos años en los acantilados getxotarras y su espléndido resultado es lo que más ilusión le ha hecho durante toda su carrera: "Todo esto me da una alegría tremenda". Está feliz el catedrático, que habla maravillas de la costa vasca en cuanto a sus características geológicas: "Desde Muskiz a Baiona, es un paraíso de la geología. Sobre todo durante el periodo desde hace 125 millones de años y 45 millones de años. Este intervalo de tiempo está muy bien representado en la costa vasca".

Fuentes: El Correo y Deia.

Textos: Txema Izagirre y Marta Hernandez.

Imagenes: P. Urresti y Deia.

Enviado: Txus Aritzabaleta. Vizcaya

Composición: Picapiedra

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