viernes, 23 de marzo de 2012

El proyecto de la Mina Lidia. La fiebre del oro asturiano.

La fiebre del oro se extiende por el Suroccidente. La empresa minera Kinbauri España, que explota los yacimientos de oro de Boinás, en Belmonte de Miranda, y Carlés, en Salas, ha recibido el permiso de la Consejería de Economía y Empleo del Principado de Asturias para investigar sobre el terreno en los concejos de Cangas del Narcea, Tineo y Allande con el objetivo final de abrir una mina de oro en la zona. El permiso de investigación recibido se denomina «Lidia» y abarca no sólo la posibilidad de estudiar la viabilidad del oro en la zona, sino también de la extracción de cobre y otros metales.

El proceso es muy lento, nunca menos de cuatro o cinco años, y esto sólo es el paso inicial. Kinbauri España quiere analizar el suelo y la geología de la zona para ver si podría resultar rentable abrir una nueva explotación en el Suroccidente. Si estas investigaciones son positivas, el siguiente paso sería encargar unos sondeos. Y sólo en caso de que todos los indicios fueran positivos la empresa se plantearía la apertura de la explotación.

El permiso de investigación «Lidia» permitirá a Kinbauri España trabajar en unas 92 cuadrículas mineras que pueden suponer 8.000 metros de sondeos, calicatas y rozas. La Coordinadora Ecologista de Asturias ha presentado sugerencias ante la Consejería, ya que considera que este permiso se suma al tramitado para ampliar la investigación en la mina de Belmonte.

Los ecologistas consideran que en el permiso concedido a la empresa no se definen los accesos a la zona a investigar; denuncian que se habla de aprovechar las pistas existentes en la explotación, pero no se citan ni su ubicación ni su estado para ver si es cierto que permite el movimiento de la maquinaria de la investigación.

También se muestran preocupados porque no se recoge la afección a aguas subterráneas ni a los acuíferos existentes en la zona, ni se valora su posible contaminación ni afección por el propio sondeo que se realizaría. Además, el permiso no incluye ningún estudio de afección acústica de los sondeos la zona.

Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora, apunta: «Debería indicarse de manera detallada la metodología empleada en las mediciones y el método de aproximar esos valores a los que serán reales. Así mismo es preciso realizar medidas preventivas o correctivas para minimizar este impacto».

Por último, la Coordinadora lamenta que no se hable del impacto para la fauna, a pesar de que en la zona destaca la presencia del oso, y que no se han realizado consultas a los colectivos de vecinos afectados cercanos.

Fuente: La Nueva España

Texto: Pepe Rodriguez

Imagenes: Ignacio Pulido,

Enviado: Maria del Carmen Luzmela. Oviedo

Composición: Picapiedra

2 comentarios:

El tejón dijo...

¿Otro despropósito más?
Saludos.

Picapiedra dijo...

Es posible amigo Tejón, en estos tiempos que vivimos cualquier iniciativa minera, cuente o no cuente con los permisos correspondientes, es permitida en aras de la creación de puestos de trabajo. Sin valorar el impacto que dejará en los territorios ni si afectará al entorno decisivamente.
Un saludo

 
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