Aprovechamos para juntarnos, con la excusa de la visita de un colega gaditano, Emilio Sastre, quien se encontraba de vacaciones por el norte y a quien conocíamos a través de la red.
Una reunión informal donde se trataba de estrechar lazos entre compañeros de afición, y que se desarrolló a lo largo de toda la mañana a gusto de todos. Acudieron aficionados guipuzcoanos, cántabros y un salmantino establecido en Francia, fruto de esta mezcolanza aparecieron cajas de minerales para regalo por parte de todos, de las más distintas procedencias, material nacional e internacional, que nos ibamos obsequiando entre murmullos de agradecimiento y asombro ante la calidad de muchas de las piezas.
Tanto es así que fueron bastantes personas del pueblo las que se arrimaban preguntando sobre esta reunión, y queriendo comprar alguna pieza, acostumbrados como estan, a que en Urretxu se celebre una feria de minerales y tengan que pagar por ellos, tras aclararles el tema de que no vendíamos, husmeaban en las cajas no acabando de creerselo.
Sobre las piezas, material gaditano e internacional que nos trajo Emilio, de muy buena calidad, material cántabro, burgalés, asturiano y vasco que llevamos Jose María y yo mismo, material vasco-navarro y murciano que llevaban Miriam, Janire e Igor, y material francés y navarro que traía nuestro compañero Miguel. Un poco de todo, que alegró a muchos y satisfizo a todos.
Tras los regalos de minerales, un piscolabis en la terraza de un jatetxea, una buena conversación y muchas risas en un ambiente agradable y distendido.
Fue este un encuentro sin preparación y sin más infulas que las de disfrutar de nuestra mutua compañía. Personalmente quedé encantado de conocer in situ a Emilio y a Miguel, con quienes seguramente compartiré futuras salidas mineraleras.
Texto e imagenes: Picapiedra
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