miércoles, 30 de noviembre de 2011

Editorial: La forja personal

Terminamos en el Mineral Digital, este mes de Noviembre, con una reflexión sobre la génesis de una afición, del cómo se forja un mineralogista, a partir del interés de un niño por las piedras y los minerales.

Coleccionar, es inherente a la condición humana, la recolección, identificación, clasificación, muestra y exposición, de minerales, es una de las muchas formas de coleccionar actuales.

Son muchos los niños que se interesan por esta bonita afición, y es labor de sus padres cuidar de que la desarrollen, encontrar el entorno adecuado donde la desarrollen, y elegir con quién la han de desarrollar.

Todos hemos disfrutado de esa figura llamada tutor, esa persona con más experiencia y conocimientos que nos ha introducido en los primeros trucos de la búsqueda y coleccionismo, de minerales, esa persona que nos acompañaba, aconsejaba, corregía y forjaba.

En ocasiones esa figura la ha representado uno de los progenitores, quien ha inculcado a su hijo esta pasión mineralógica, en otras no, ha sido ese primo, tío, abuelo o familiar. En otros casos ha sido un profesor de Ciencias, del colegio o instituto, incluso un amigo de la familia. Se dan casos también de auténticos autodidactas.

Para promocionar el interés de un niño u adolescente, existen dos vías claras a seguir, se le lleva a un Museo, para abrirle un abanico de posibilidades desconocidas para el joven, o, se le lleva a una feria de minerales, una exposición comercial. Esta primera elección es importante para la forja de un criterio juvenil, se le está ofreciendo el conocimiento puro, por un lado, mientras que por la otra vía se le están ofreciendo ciertas ventajas de poseer ese conocimiento.

Si las primeras impresiones de un joven sin forjar, tienen que ver con el valor económico de los minerales, se le está dando una vía a seguir, en mi opinión, equivocada. La vía académica le ofrecerá impresiones similares, sin tarifas, y le proporcionará al niño la posibilidad de valorar los minerales por su belleza, por su rareza o por su formación. Esta vía, basada en la educación académica de una afición por despertar, pasa por la inclusión de lecturas adecuadas en sus hábitos diarios.

La diferencia crucial entre ambas vías, es decidir si se le educa en el consumo, o en el conocimiento.

Un paso adelante en esta forja, es la orientación que los progenitores o tutores ofrecen al niño. En un mundo tan accesible como este, en el que vivimos, ¿qué niño no utiliza la red?. Un niño, recuerda las direcciones web de etiquetas de los comerciantes que están en la feria, las apunta o se las guarda.

Una vez en casa, o en el colegio, se conecta a la red y las visita, apenas puede procesar tanta información, nombre, localidad, características, precio, forma de pago, envío, etc…Después encuentra cada vez más información, foros, portales, blogs, paginas oficiales. Una abigarrada información a través de la cual conocerá personas que comparten la misma afición.

He aquí la segunda elección importante, de un padre o tutor, discernir cuales de los contenidos que su hijo consulta a través de la red son los adecuados para la formación del niño, un niño que ha sido orientado hacia la formación académica debe consultar webs educativas, de museos y centros de enseñanza, extenderle la afición a la naturaleza y a la geografía, a la geología. Exponer a un menor a contenidos llenos de imágenes impactantes de bonitos colores, anuncios de neón, y escaparates minerales, sigue siendo la otra opción, y esa, en la red, es mayoritaria.

Fruto de esta elección, se avanza por ambas vías, en la académica el joven encontrará jóvenes como él, interesados en lo mismo, futuros recolectores y coleccionistas, futuros mineralogistas, encontrará tutores, compañeros de salidas y amigos, orientadores de una afición. En la vía del neón encontrará interesados en su dinero, en el de su padre, le ofrecerán dinero por llevarles minerales, querrán acompañarles al lugar donde el niño encontró esas piedras, se lo dejarán bien limpito, para que tenga que seguir buscando en otro lugar, le será más difícil encontrar tutores, compañeros o amigos.

Estas no son las dos únicas vías y elecciones, que debe tomar un padre a la hora de educar y fomentar las aficiones de su hijo, son dos de ellas. Encontrará en la red diferentes cruces por los que desviarse, uniones de ambas vías, donde lo comercial se reviste de capa académica, o viceversa.

Elegir sus compañías, debe ser su tercer paso, y a pesar de las diferencias abismales entre unas y otras, el concepto de esta elección debe basarse en la vía elegida, y en el común objetivo del aprendizaje, no en el del lucro, pues ese es un tipo de compañía que te acompaña mientras interesas, luego ya no les haces falta.

Debe ser el padre o tutor el que guíe a su hijo en cada cruce y elección, fruto de una serie de buenas elecciones, encontrará el filón de donde extraerá el metal con el que forjar un hombre, fruto de malas elecciones, no encontrará más que la pared del fin de labores y habrá forjado un enfermo.

Texto: Picapiedra

Imágen: Romeu

2 comentarios:

jacinto dijo...

Buenas noches Picapiedra.Me llamo Jacinto.Soy de Cartagena.Tengo dos zagales con una leonesa y una o dos veces al año los llevo a picar piedras en algunas escombreras de la zona que tenga un buen lugar para almorzar.Unas horas de naturaleza,senderismo,minerales y si es posible junto a la visión de la mar.Visito la feria de La Unión y compro algo con precio máximo de 12 euros.Pero me falta esa persona que pierda el tiempo conmigo y mis hijos y me enseñe lugares para aficionados de bajo nivel sin otras pretensiones.Si existiera alguno por mi zona me gustaría que me dieras su correo para contactar con él antes que mis hijos se hagan mayores y sea quizas tarde.Muchas gracias.

Picapiedra dijo...

Buenas noches Jacinto, envieme un email al siguiente correo:
mineraldigital@gmail.com
Así podré ponerle en contacto con las personas que puedan orientarle y ayudarle, de forma más privada.
Gracias a usted.
Pablo

 
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