El abandono de muchas de las minas explotadas en diferentes épocas especialmente desde la mitad del siglo XIX hasta las décadas finales del siglo XX ha generado paisajes de zonas abandonadas con grandes escombreras, a menudo peligrosas como contaminantes, zonas residenciales derruidas, instalaciones ruinosas y abandonadas. Paisajes del olvido de tiempos de trabajos de extracción y beneficio, con condiciones de trabajo duras que se abandonan al acabarse el material que se explota o las condiciones económicas de su distribución y aprovechamiento.
La explotación y poblado minero de Minas del Horcajo se encuentra ubicado en pleno corazón de Sierra Madrona-Quintana entre sierras que superan los 1.000 metros, en el límite con el anejo de Brazatortas de La Garganta y a siete kilómetros de la provincia de Córdoba. Este yacimiento fue el segundo en importancia de toda la comarca del Valle de Alcudia, con una explotación de alto interés, en la época, por los elevados contenidos en plata de la galena argentífera.
Las minas comienzan a registrarse en 1858 año en el que se tienen las primeras referencias del mismo facilitadas por Javier de Inza. En 1867, en el término de Almodóvar del Campo y grupo de minas del Horcajo, los criaderos también muy ricos en plata, son más regulares y limpios que los de Villagutiérrez, extrayéndose ese año la cantidad de 7.373,27 quintales métricos de mineral que han vendido a la boca-mina; tienen dos puntos de arranque, uno en la mina Nuevo Perú, donde se verifica el desagüe por una máquina de vapor de 50 caballos y la extracción con un malacate movido por caballerías, el arranque por bancos y testeros, dominando con mucho el primer sistema; una fortificación con mampostería trabada y maderas y la ventilación natural. Los minerales no se benefician y se exportan a Cartagena, Almería e Inglaterra, dejando así parte importante de su valor en otros lugares.
El informe sobre las minas, de 1868 dice: La galena, así como los óxidos de hierro es muy argentífera, habiendo muestras de quince y más onzas de plata por quintal castellano, la que hace presumir la existencia de alguna variedad de minerales de plata, por más que no haya podido reconocerse su presencia. Las restantes concesiones que comprende este grupo, están demarcadas sobre filones paralelos cuya importancia no ha podido averiguarse por no estar suficientemente investigados. El contenido medio del mineral arrancado durante el ejercicio del año sesenta y ocho, es de setenta kilogramos de plomo por quintal métrico y 374 gramos de plata. La explotación va aumentando en años posteriores en la extracción de minerales y en las instalaciones de las que se va dotando el conjunto.
Poco a poco la mina va completando sus instalaciones y maquinaria y así en 1876 funcionan 10 máquinas de vapor, dos de ellas, con fuerza de 70 caballos, en el desagüe; cinco, con fuerza de 86 caballos, en la extracción; dos, con 20 en el taller de lavado y preparación mecánica del mineral; y la restante, de dos caballos, en dar movimiento a los aparatos del taller mecánico de reparaciones de la maquinaria y herramientas.
Se han obtenido en éste coto 26.073 quintales métricos de galena muy argentífera cuya ley media fue de 70 por 100 de plomo y 297 gramos de plata por quintal métrico. El mineral se ha vendido en la estación de Veredas, al, precio medio de 70 pesetas el uintal métrico conduciéndose para su beneficio a Almería. Se ocuparon en el trasporte, de minerales a la estación, y en el de los efectos y materiales necesarios en las minas, 80 hombres y 280 caballerías por término medio.
En 1888 la mina ha aumentado considerablemente su producción. La mina Nuevo Perú y sus Aumentos ha elevado su producción a 5.900 toneladas.
En los finales del siglo XIX las minas han aumentado su capacidad mecánica aumentado la potencia de sus máquinas en 946 caballos que indican la consolidación de las instalaciones de este conjunto. El Álbum Recuerdo de la Mina del Horcajo de 1895 recoge una serie de fotografías que dan idea de la ciudad minera que se ha consolidado como consecuencia de las explotaciones en la zona. Imágenes generales, del pozo de San Juan, del pozo Argentino, de la central eléctrica con dos torreones almenados en una construcción historicista, del lavadero del pozo malacate, del pozo malacate, del lavadero de tierras pobres de los almacenes y talleres del pozo San Miguel y de las máquinas de desagüe.
En los comienzos del siglo XX, a pesar de la baja del precio del plomo, durante el año 1902, se continúa la explotación en el valle de la Alcudia, y si hubiera mejorado la situación del mercado de este metal, hubiera aumentado el número de minas en explotación. Se terminó la construcción de la vía férrea de Calzada de Calatrava a Puertollano, quedando ya unidas la estación de Valdepeñas, situada en la línea de Madrid a Córdoba, con la de Puertollano, en la de Ciudad Real a Badajoz, facilitando esta nueva línea los transportes de minerales y carbones. La producción de la mina ha aumentado llegando a las 10.000 toneladas año. En el año 1907 se introduce una novedad de gran impor tancia como es el ferrocarril de vía estrecha (60 centímetros), de unos 2,2 kilómetros, que, después de cruzar el río Guadalmez, límite de separación entre las provincias de Ciudad Real y Córdoba, enlaza, en la estación del pueblo de Conquista, con el ferrocarril secundario de Peñarroya a Fuente del Arco, Pozoblanco y Conquista.
Cierre de la mina
En 1911 ante una caída importante de los precios y el empobrecimiento de los filones se decide el cierre de la mina y después de 40 años paralizada, se reabrió en 1951 funcionando hasta 1963 año en que fue cerrada definitivamente. Cuando finalizó la actividad de la mina, en el año 1963 el pueblo que llegó a tener en sus mejores años hasta 1.876 habitantes comenzó su decadencia hasta llegar a casi su desaparición. Hoy en día queda el túnel que da acceso al paraje de El Horcajo y el puente. En la actualidad, las únicas edificaciones que se mantienen en pie son la iglesia de San Juan Bautista, algunos castilletes de mampostería y algunas instalaciones de lavaderos y talleres. Las viviendas se hallan prácticamente derruidas, sólo se conservan las bases de mampostería sobre las que se elevaban las paredes de tapial.
En la zona más cercana al túnel de acceso, existen algunas viviendas cuidadas y bien acondicionadas que pertenecen a un par de vecinos censados en la actualidad. El enclave se ubica en un pequeño valle formado por dos arroyos con forma de Y, de donde probablemente provenga su nombre, siendo un horcajo esa forma en Y creada por la confluencia de dos valles o ramas. Restos, como hitos en el territorio como el Nacedero, el Viaducto de la antigua línea ferroviaria, la Estación, el Túnel, el Monumento a los Niños Perdidos, la Iglesia de San Juan Bautista y los restos de los castilletes de mina. Hacia las afueras están también el cementerio, el polvorín y la antigua central eléctrica o “fábrica de la luz”. Su localización rodeada de grandes fincas de terratenientes ha llevado a la destrucción de muchas de sus viviendas (en la actualidad viven allí 9 vecinos), y a un acceso complicado para llegar a la zona.
Los restos de la antigua explotación minera permanecen como hitos, testigos de la intensa actividad de otras épocas. En un entorno natural de gran belleza los escasos restos de la actividad minera y de la población allí existente son testigos de un paisaje destruido y olvidado. Alguno de los castilletes de arquitectura de ladrillo singular mantiene el testimonio de la importancia de estas instalaciones en otros momentos.
Fuente: Lanza Digital
Texto: Diego Peris
Imagenes: Antonio Román, Casaturismorural y Caius lacer.
Enviado: Inés Bellester. Cordoba
Composición: Picapiedra
1 comentario:
Les dejo mas informacion sobre lo que sucede en la minería en santa cruz: http://mineriasantacruz.fwd.com.ar/
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