Los jóvenes de Motril de los años 80 y 90, ya maduros,
recuerdan historias de aventuras por las incursiones en las minas del Cerro del
Toro, donde las leyendas flotaban en el ambiente. Algunos decían que había un
toro gigante en su interior, de ahí su nombre. Otros, buscaban minerales, aún
arriesgando su físico, puesto que había que descender por cuerdas que los
antiguos mineros habían dejado tras su explotación y lanzaban piedras a simas
que tardaban varios segundos en chapotear.
Aquellos oscuros lugares donde tanto sudor se derramó para
prosperidad de la zona, también fue testigo de los primeros escarceos amorosos
de adolescentes intrépidos... Son muchos los recuerdos que afloran en los
habitantes de la zona cuando han sabido que sus queridas minas van a volver a
abrirse al público, aunque totalmente remodeladas.
El Centro Geominero del Cerro del Toro, tras concluir los
trabajos de su remodelación y rehabilitación, ya vuelve a hacer las delicias de
vecinos, sobre todo de Motril, por la vinculación afectiva que tienen con estas
estancias a lo largo de la historia, pero también de visitantes, que encuentran
en él un nuevo recurso turístico con el que completar el disfrute del sol y de
la playa. Unos y otros, descubren en su interior, la importancia de esta región
minera que en la época musulmana se denominó la Kura de Ilbira.
Este proyecto se inauguró en noviembre de 2009, después de
siete años desde que se redactara y de que el actual equipo de Gobierno tuviese
que subsanar "importantes deficiencias", según el Ejecutivo local,
como por ejemplo que había equipos electrónicos en zonas con un 80% de humedad
sin proteger y faltaba un espacio para la recepción de visitantes, los cuales
tenían que hacer la cola habitual en el exterior. Otras de las actuaciones
acometidas han sido estabilizar el acceso a las instalaciones, ya que la
entrada, al resultar pequeña, se modificó y ocasionó que quedaran sueltas
algunas rocas, que se han consolidado y también se ha reafirmado el embovedado
inicial con el desmonte en el interior de la bóveda principal.
Después de su apertura, que suscitó gran expectación entre
los motrileños, que acudieron de manera masiva a disfrutar de este nuevo
espacio cultural (se registraron 500 visitas sólo en el primer fin de semana y
6.000 en apenas mes y medio), se tuvo que cerrar para acometer las obras que
subsanaran las mencionadas deficiencias. La decisión se justificó en que
"el museo no ofrecía las condiciones de seguridad necesarias para los
visitantes, por lo que no quedó otra salida que cerrarlo al público". Eso
ocurrió durante el mes de julio de 2011.
En la construcción de este centro se invirtieron un total de
967.890 euros, de los cuales el 60% procedían de los fondos Feder europeos y el
40% correspondía a inversión municipal. Según dijo la alcaldesa de Motril,
Luisa García Chamorro, en la reinauguración, "con una inversión total de
47.000 euros y una ejecución de la obra que ha correspondido en un 70% a medios
municipales, tanto humanos como materiales, este espacio garantiza la
accesibilidad y seguridad de todos los visitantes, a quienes permitirá conocer
uno de los conjuntos geológicos de la región minera que envuelve Motril y que
ha sido concebido para que el aprendizaje y el ocio convivan de manera natural".
De igual modo, la alcaldesa seguró que la reapertura de este
museo aporta un aliciente más para situar el municipio motrileño como referente
cultural y de ocio en la provincia. "Atendiendo al interés por
complementar la oferta de sol y playa, establecemos así un triángulo formado
por el Parque Periurbano, el Museo Geominero y la Charca de Suárez para atraer
a un turismo más medioambiental".
Tras su reinauguración, el Centro Geominero permanecerá
abierto de forma gratuita todos los sábados y domingos de los meses de julio y
agosto, con un horario de 10:00 a 14:00 horas. El objetivo es durante este
periodo promocionar el hecho de que Motril cuente de nuevo con este gran
atractivo, en un lugar desde el que se accede por la parte norte de la ciudad,
y que cuenta con increíbles vistas de la población y del mar, además de estar
muy cerca de un merendero, por lo que constituye una interesante y poco costosa
opción para pasar el día durante el fin de semana.
Asimismo, el Parque Periurbano que lo circunda, con más de
225 hectáreas, es uno de los espacios verdes más grandes de la Costa Tropical,
y alberga más de 80.000 plantas de 42 especies distintas, más de 4 kilómetros
de viales, senderos y casi una hectárea de aparcamientos.
Además, el Parque está dotado de otros atractivos como
miradores, áreas de descanso y comida donde hacer una parada, zonas infantiles,
iluminación, agua potable y el resto de infraestructura necesaria para
disfrutar de la vista a este inigualable entorno, donde también se encuentran
los restos de labores mineras de los siglos XIX y XX.
Fuente. Granada hoy
Texto : Rosa Fernandez
Imagenes: Granada natural, el cultural de motril, Sapame.
Enviado: Manuel Lanza. Granada
Composición: Picapiedra
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