Por el momento se realizan visitas guiadas al interior del
edificio donde se explica cómo trabajaban los mineros y el proceso que se
seguía a la hora de hacer los 'pans' de carbón. También se visita la estación
de cable aéreo de Ca l'Ermengol, la fuente Gran, donde se creó la primera
turbina que daba luz a las casas mineras y la industria, o el barrio del Prat
del Pinter, donde está la iglesia parroquial de Santa Bárbara, construida por
los mineros en honor a su patrona.
El futuro del Museo del Minero de Ogassa, uno de los grandes
activos turísticos que podría tener el pueblo, es hoy por hoy muy incierto. El
edificio del museo, que data de principios del siglo XX, se ha rehabilitado con
los tejados y los cierres nuevos, se han saneado las paredes y también se ha
recuperado algunos elementos y muebles que había en la antigua fábrica de panes
de carbón. Entre otros se han mantenido las antiguas calderas, que se podrán
observar a través de una pasarela, y las prensas del carbón.
La rehabilitación la ha llevado a cabo la empresa de obra pública VORACYS y este es su desglose:
Promotor: Ayuntamiento de Ogassa
Importe: 346.550,90 €
Arquitecto director de las obras: Lluís Jordà i Sala.
Rehabilitación interior del edificio existente de la fábrica
de los panes de carbón, para la creación del Museo del Minero y el
acondicionamiento de la plaza Mina Dulce dentro del núcleo de la población de
Ogassa.
El edificio, que ocupa unos 900 m2, es una de las construcciones que están englobadas dentro del patrimonio minero de la población y está formado por varios cuerpos unidos por un gran patio interior, idóneo para ubicar un museo dedicado a la minería. Con la rehabilitación se recupera un edificio importante de paredes de piedra que se estaba deteriorando, para darle un uso cultural, que permita recuperar la memoria de una época, a través de un montaje museográfico. Este hecho permite atraer gente a la población, y por tanto potenciar el turismo de la comarca.
El edificio, que ocupa unos 900 m2, es una de las construcciones que están englobadas dentro del patrimonio minero de la población y está formado por varios cuerpos unidos por un gran patio interior, idóneo para ubicar un museo dedicado a la minería. Con la rehabilitación se recupera un edificio importante de paredes de piedra que se estaba deteriorando, para darle un uso cultural, que permita recuperar la memoria de una época, a través de un montaje museográfico. Este hecho permite atraer gente a la población, y por tanto potenciar el turismo de la comarca.
HISTORIA
La historia de Ogassa se pierde en la Edad Media. Eran
tierras y casas que pertenecían a la Iglesia - al Abad Oliva, la Abadesa Emma -
y a grandes señores - los Oriol, Wilfredo el Velloso... También tenemos el mito
del Conde Arnau, que expía sus penas por sus montañas.
Así era Ogassa hasta que un payés o un herrero - hay dos versiones
de la misma historia- encontraron unas piedras negras que tenían poder
calorífico y que se comenzaban a conocer por todos los lugares como fuente de
energía: el carbón. Las grandes compañías mineras comienzan la explotación de
las minas en el año 1838, y se alarga hasta que en 1967 se cerró la última
mina, la Dolça (Dulce), y con ella el ferrocarril que llegó a la comarca en
1880. Un tren que dio mucho empuje a la industria catalana.
El carbón de esta cuenca minera existe gracias a procesos
biológicos, químicos, físicos y orogénicos, que hicieron posible la formación
de un mar interior en Cataluña hace millones de años. La descomposición de la
vegetación tropical existente, la presión producida por el asentamiento de los
materiales y, el paso del tiempo, crearon el carbón hasta incluso algo de
petróleo. Los yacimientos de Ogassa son de carbón del tipo hulla, de gran poder
calorífico y mucha calidad. Se encuentra en medio de grandes fallas y
encabalgamientos, cosa que hace muy difícil y peligrosa su extracción.
El uso principal del carbón de la cuenca minera de Ogassa
era para la industria manufacturera catalana, en plena expansión al comienzo
del siglo XX con la revolución industrial como marco del crecimiento del país.
La forma de extraer el carbón fue con pico y pala, en galerías con pilas,
gorros y enfustadas, para intentar extraer las piedras de las entrañas de la
montaña. Recordamos los oficios perdidos de las minas: picadores, albañiles,
canaleros, paletas, vagoneros, frenadores (oficio difícil y arriesgado) y los
limpiadores de carbón. Herramientas como puntales, mallos, pistoletes, luces de
carburo... herramientas manuales que noy día hemos perdido casi de la memoria.
El principal problema de las minas era el transporte de
carbón. Para solucionar los grandes desniveles de las montañas, los ingenieros
crearon los planos inclinados, que consistían en dos vías paralelas, por dónde
bajaban las vagonetas llenas y subían las vagonetas vacías por el peso de las
llenas. Había diferentes planos que se intuyen cerca de la plaza Dolça. De
ferrocarril que tenía que llegar al puerto de Barcelona para poder
comercializar el carbón, se comenzó a hablar en el año 1838, y en 1880 se hizo
realidad el último tramo hasta Granollers. Diferentes industrias surgieron de
las minas, una acería, un horno de vidrio, fábricas de cal, de cemento
refractario, de panes de carbón…
Fuentes: La Vanguardia, Voracys e Iguadix.es
Textos: La Vanguardia e Isaac Guadix.
Imágenes: Isaac Guadix
Enviado: Raúl Acosta. Barcelona
Composición: Picapiedra
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