Abandonados los trabajadores de la fabrica de uranio de Andujar. Jaén

Es la historia de una lucha por una causa justa, pero plena de desencanto. Los extrabajadores de la antigua fábrica de uranio de Andújar (FUA) se han ido encontrando en el camino reveses instituciones y administrativos, que han desembocado en decisiones desfavorables a sus intereses que consideran justos.
La FUA estuvo operativa entre los años 1959 y 1981 y durante el proceso productivo unos 126 trabajadores, junto a sus familias, se vieron afectados por la exposición a radiaciones ionizantes provocadas por la extracción del uranio. Según los últimos datos conocidos, 55 trabajadores han fallecido a causa del cáncer, degeneraciones ósea o problemas pulmonares y de riñón. El resto sufre graves enfermedades. No les reconocen la enfermedad laboral. Unos 40 trabajadores quedan aptos, al menos para la lucha.
Existen hechos que avalan sus reivindicaciones. Un informe completo y concluyente realizado por el Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad Laboral de Huesca y ex-presidente del Comité de Empresa de la Central Nuclear de Valdecaballeros, Jacinto Contreras Vázquez, revela los efectos perniciosos del uranio y de las y habla de las secuelas que han dejado en estos extrabajadores.
Constata el informe que la Fábrica de Uranio de Andújar se montó para tratar los minerales de uranio de la zona Sur de España y detalla todo el proceso y de como estos extrabajadores estuvieron expuestos a las radiaciones ionizantes. «Que dejan unos efectos biológicos muy perniciosos para el organismo», destaca el informe.

Añade que la energía depositada por las radiaciones ionizantes, al atravesar las células vivas, da lugar a iones y radicales libres que rompen los enlaces químicos y provocan cambios moleculares que dañan las células afectadas. Este informe fue remitido al Congreso de los Diputados en mayo de 2007. Este documento recoge una conclusión del doctor Diego Martínez de la Concha, del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital que dice lo siguiente. «Existe un alto grado de sospecha sobre el papel determinante que las exposiciones han podido jugar en la producción de tumores y afectación al aparato locomotor».
Este informe se acompaña de testimonios de extrabajadores, que son demoledores, otros desgraciadamente no lo han podido contar. Aun así, no han obtenido el reconocimiento a sus reivindicaciones.
El presidente de la asociación de ex-trabajadores de la antigua Fábrica de Uranio, José Soto, señala que desde el año 1991 han recibido muchos sinsabores. Uno data del 27 de febrero del año 2006, cuando el Ministerio de Trabajo y la Consejería de Salud firmaron un protocolo para iniciar las revisiones médicas que en un principio, desembocarían en el reconocimiento profesional de las distintas enfermedades que causó la exposición al uranio. «Pero nosotros no estuvimos presentes, ni tampoco los sindicatos por lo que hicieron el protocolo según la conveniencia de la Seguridad Social y de la Junta y nosotros no pudimos defendernos», remarca Soto. El presidente lamenta que los estudios no se citaran a las viudas. Pasaron por los reconocimientos médicos y por el Tribunal en Jaén. «No entendemos porque después emite un informe el Colegio de Médicos de Madrid, con los informes que da el CIEMAT (Centro de Investigación Energético) quien hizo el daño», aclara Soto, quien sostiene que los informes se tuvieron que determinar desde Jaén. «Aquí es donde está la falsedad de todo», sentencia. El presidente del colectivo tiene en su poder informes médicos que les son favorables.
Tras este revés, deciden acudir a los Juzgados de los Social de Jaén en octubre del año pasado. Desestiman las 40 demandas y el abogado del colectivo de afectados recurre al TSJA. Las primeras notificaciones les han sido desfavorables. «No entendemos que en un un mes y medio analicen unos 1.500 folios», precisa Soto. Dice que otros casos que lleva el mismo abogado han esperado año y medio. «Le mandan a Granada unas rectificaciones desde Jaén y se nota que no lo han mirado porque el informe desde el TSJA se basa en el mismo error que se había corregido en Jaén, por lo que el abogado deduce que no se lo han mirado», dice el presidente. Habla de un trabajador que se jubiló en el año 1993, que por error viene que lo hizo en el año 2005. IU va a llevar este asunto al Senado y va a trasladar este asunto al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Por cierto, IU han defendiendo los intereses de estos trabajadores en los últimos años en Sevilla y Madrid. También ha llevado este asunto al Parlamento Europeo.

Antonio Fernández fue uno de los 126 trabajadores que estuvo en la FUA que estuvo funcionando en la ciudad desde 1959 a 1981. Relata que las condiciones de trabajos eran penosas. «Te daban unas zapatillas y unas botas cada seis meses y manipulábamos el uranio con la mano, tragábamos polvo y comíamos al lado del uranio», detalla Fernández. Añade que se está cometiendo una enorme injusticia con ellos.
Andrés de la Fuente, otro de los afectados, subraya que en el año 1978 el médico de la empresa le diagnosticó la silicosis y está reconocida por todos los médicos de la Seguridad Social. Esta enfermedad viene provocada por el polvo del mineral que tiene en los pulmones. «Yo toda mi vida he estado trabajando en la carga y descarga del mineral, lo que pasa es la empresa la ocultó, como es que esto no lo han tenido en cuenta en los informes, no lo entiendo», señala indignado De la Fuente.
El año 1991, fecha en la que se constituyó la asociación de extrabajadores de la FUA, empezaron su lucha. Recabaron el apoyo de los partidos políticos representados en la Junta de Andalucía. Al primero que se dirigieron fue al PP que por aquel entonces también reivindicaron el hospital para Andújar.
Después fue IU quien abanderó la lucha. Presentaron recursos al CIEMAT, pasaron por varios reconocimientos médicos hasta llegar al protocolo de la Junta y el Gobierno central.

Texto: Jose Carlos Gonzalez

Fuente: El Ideal.es

Imagenes: M.A.

Enviado: Raul S.