lunes, 31 de agosto de 2009

Cantera de los Cobayos y el Cueto II. Berbes. Asturias.

Foto superior: Julen Losada sosteniendo cuarzos biterminados de El Cueto II. Berbes.

Hoy comenzamos la semana en el Mineral Digital con la última salida que hemos realizado este fin de semana, con ella celebramos también nuestra entrada nº 200 en el blog. Nuestro destino ha sido la célebre localidad de Berbes, en Asturias, de donde pensábamos extraer alguna muestra de fluorita y con ello pasar la jornada. El grupo lo formábamos tres personas, Juanjo LG , su hijo Julen, y yo mismo. Foto superior: Detalle de cuarzos de El Cueto II. Berbes.

En primer lugar hicimos una parada en la zona conocida como el Cueto II, perteneciente a las catas del Cueto del Aspa. Apenas llevábamos quince minutos buscando alguna geoda de fluorita cuando encontramos una, la cual pensábamos podría contener algún cubo interesante, fue grande nuestra sorpresa al descubrir que en su interior no había ni gota de fluorita, y por el contrario estaba repleta de cuarzos biterminados, comenzamos a extraer con sumo cuidado para no estropear ninguna pieza, fuimos sacando cuarzos sueltos de su interior que rondaban los dos y tres centímetros, hasta que de pronto salió uno que alcanzaba los cinco cm. y más tarde otro que ha medido siete cm..

Fotos superiores: Cuarzos biterminados en matriz cuarcitica. El Cueto II. Berbes.

El jolgorio era general en el grupo, comenzaron a salir cuarzos sobre matriz de los que aprovechamos diferentes piezas hasta dejar la geoda completamente vacía, sumando un total de veinte piezas diferentes. Atacados por la fiebre del cuarzo, pasamos media jornada buscando geodas similares, esta vez sin éxito, la naturaleza ya nos había premiado suficientemente para tan poco esfuerzo.
Fotos superiores: Cuarzo ventana, biterminado. Tamaño 7x 4 cm.
Fotos superiores: Cuarzos biterminados de El Cueto II. Berbes.
Foto superior: Bocamina de Berbes.

Así que nos desplazamos hacia la cantera de los Cobayos, también llamada “La Paredona” en busca de fluoritas que redondearan la mañana, lo primero que nos llamó la atención fue la valla y la verja que impedía el acceso con vehículos, no así el peatonal, ya que a un costado de la verja, el paso era amplio, un paisano del lugar nos dijo que este cierre se puso hace cuatro años, a raíz de la muerte de un aficionado francés en esta zona minera. Alertados del peligro que entrañaba la corta nos adentramos en la cantera, el tiempo ya nos empezaba a apremiar, así que recogimos algunos ejemplares de fluorita malva en cubos pequeños, y alguna barita, nada reseñable que mejorara las muestras de nuestras colecciones pero suficiente para poder hacer unas fotos para este articulo. Fotos superiores: Fluoritas y Baritas de la cantera de Los Cobayos. Berbes.

No le prestamos mucha más atención a esta zona, la cual se veía abundantemente picada y decidimos ponernos en camino para llegar a nuestro siguiente destino, en la senda de salida nos encontramos con una familia completa que se internaba en la cantera, el padre llevaba una maza al hombro de las grandes, mientras que la mujer y los hijos, hasta la abuela, llevaban mesas y sillas de camping, neveras portátiles y el cesto de la comida con las sombrillas, dispuestos a pasar una jornada de minas muy particular.
Tras esta visita a Berbes nos encaminamos a recoger alguna muestra de la mina Emilio, en Loroñe, de donde os hemos mostrado piezas en otras ocasiones, aquí en el blog, como podéis comprobar en las imágenes, el resultado en cuanto a fluoritas fue mejor, consiguiendo algunas piezas sobre pirita con cubos de 3 x 3cm. y un cuarzo biterminado (el único) que alcanzó los doce cm. de largo, el cual ha pasado a formar parte de la colección de Julen.
Fotos superiores: Fluoritas de Mina Emilio. Loroñe.

Foto superior: Julen Losada sosteniendo un cuarzo biterminado de Mina Emilio. Loroñe.

Tras esta visita y ya de camino a casa, paramos en Unquera a visitar a dos coleccionistas, José Luis Otero, quien ya expira sus últimos días de vacaciones en el norte y José Luis González Bedoya, con quienes compartimos un refresco y un rato de agradable conversación. En resumen, una jornada con buen tiempo, buenas piezas y buena compañía. No se puede pedir más. Saludos picapedreros.

Texto e imágenes: Picapiedra

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Felicidades por la geoda y por las 200 entradas! Esperemos que no acabe la actividad del blog y que sigas publicando estos fantásticos artículos, un abrazo.

Juan Usoz

Pablo Olivares dijo...

Enhorabuena por el hallazgo. Hay pocas sensaciones que a uno le hagan sentir tan vivo como encontrar una geoda y poder trabajarla.

Picapiedra dijo...

Hola chicos, gracias por vuestros comentarios, espero celebrar las mil entradas algun día y hacerlo con más geodas guapas.
Comentar también que esta entrada ha vuelto a romper las estadisticas de lectores diarios,han sido 300 los que han visitado esta entrada, solo superados por la entrevista que se le realizó en su día a Gonzalo García, lo cual está muy bien y me reafirma en la idea de seguir adelante con el blog, a pesar del trabajo que ello implica. Por otro lado, responder desde aquí a diferentes "Anónimos" que han escrito a esta sección para preguntar las localizaciones exactas de diferentes piezas, tanto de El Cueto II como de la Mina Emilio, mensajes que he rechazado y no he publicado, señores/as Anónimos, bastante información se les ofrece ya dandoles la ubicación del yacimiento o mina, me podría haber limitado a escribir "Berbes" en vez de decirles que son de el"Cueto II", pero claro, esto tampoco les parece suficiente, les obliga a buscar por el cueto, sin poder ir a derecho a picar, y eso que cuando alguien invente un robot que pique el solo, ni eso se molestaran en hacer. ¿No les parece que tienen ustedes mucha cara y muy poca verguenza? Prueben a firmar sus mensajes y quizas asi reciban alguna respuesta (o no). También va esto para aquellos que preguntaron en que zona de la mina Emilio tenían que picar, piquen ustedes en la caseta del guarda, justo debajo del retrete que es donde salen las mejores piezas. Si es que hay que tener la cara de cemento armado para preguntar ciertas cosas escondidos tras el anonimato, y ser un iluso si piensas que te las van a contestar. En fin que pelillos a la mar, que estoy encantado con las piezas que van para mi vitrina, y que para ser un yacimiento por el que ha pasado todo quisqui y en el que segun algunos enterados "allí ya no sale nada" no nos ha ido ni tan mal. La diferencia entre un picapedrero y esta pandilla de licenciados universitarios, es para mi cada dia más clara.

 
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