José Ramón Pastor, Ginés López y Honorio Ramón.
Volvemos de nuestras vacaciones en el Mineral Digital con el
resumen de lo que fue este evento realizado el 23 de Septiembre en esta
localidad alicantina, una mesa de intercambio que año tras año se consolida
gracias la labor y el esfuerzo de la Sociedad Mineralogica y Paleontológica de
San Vicente del Raspeig.
La mesa se celebró en el exterior del Centro Social de la
localidad, acompañó el buen tiempo, el cual a media mañana intensificó los
rayos de sol acalorando a los numerosos asistentes, tanto aficionados a los
minerales y fósiles que habían colocado sus metros de mesas, como al bullicioso
público en general que se acercó a ver las piezas. Como en otras ocasiones, se
sumaron al intercambio aficionados sin reserva, de última hora, lo que provocó
un aumento de trabajo para los organizadores, los cuales encabezados por
Honorio Ramón pusieron a nuestra disposición todo tipo de facilidades para que
nos encontráramos a gusto, desde la búsqueda de alojamientos para la noche
anterior, como su grata compañía durante la velada pre-intercambio, así como la
posterior comida del domingo, una vez acabada la mesa de intercambio, comida
que consistió en unas suculentas paelladas de verduras y marisco, las cuales
disfrutamos en casa de uno de los
socios, Calixto, a quien hemos de dar
las gracias por su hospitalidad y simpatía, así como a Ramón, el cocinero de
los arroces, quien consiguió que a todos los comensales, unos ochenta en total,
nos resultaran deliciosas sus paellas.
Martina y Ramón Jimenez, Inés y Adrián Pesudo, Jorgina Jordá,
Juan Carlos Tarín y señora, Honorio Ramón con su esposa y su hija
Jose Antonio Soldevilla, Marius y Agustí Asensi, Vicente Marhuenda.
Velada del 22 de Septiembre en el Raspeig.
Ramón y José Ramón Pastor pendientes de una de las paellas.
Comida del 23 de Septiembre en casa de Calixto.
La familia Asensi-Jordá y Jose Antonio Soldevilla.
Parada para comer el 22 de Septiembre, camino de Alicante.
Paella reposando en casa de Calixto. 23 de Septiembre.
Aspecto de las mesas en la paellada. 23 de Septiembre.
Volviendo a lo que fue la mesa de intercambio, el Mineral
digital dispuso de tres mesas de dos metros cada una, escoltados a nuestra izquierda
por los catalanes Jose Antonio Soldevilla y la familia Asensi-Jordá, a nuestra
derecha se encontraba el alicantino Honorio Ramón, material muy diverso en
nuestra zona, a destacar los cuarzos ahumados y amatistas con ortosas de la
cantera Mas Sabé (Girona) que llevaba
Jorgina Jordá, así como los micros escogidos de todo el territorio
nacional que llevaba Soldevilla. En nuestro puesto, material muy variado de
toda la zona norte, destacando como novedades norteñas las Calcedonias
amatistadas de Santander, las Fluoritas de Igantzi y La Collada, y como
materiales estrella las placas de Cuarzos amatistados de Sevilla y los ahumados
de Córdoba, todo ello acompañado de materiales de Navarra, Vizcaya, Cantabria,
Asturias, Guipúzcoa, Alava, La Rioja, León y Palencia. El ritmo de intercambios
fue alto, y nosotros salimos muy satisfechos de las piezas conseguidas.
Ricardo Molina en mi mesa
Marius y Agustí Asensi.
Ambientazo en la mesa de intercambio.
Un servidor en mi mesa.
Mesa de Adrián Pesudo y Juan Carlos Tarín.
Público en las mesas catalanas y cántabra.
En el puesto de Honorio Ramón se pudieron cambiar piezas
escogidas de la zona levantina y murciana, se nota el buen gusto de Honorio,
que año tras año y mesa tras mesa mejora el material que expone, los
aficionados pudimos disfrutar de los Yesos y Calcitas de Murcia, así como de
Celestinas, Halitas, Granates y un sinfín de muestras levantinas y andaluzas,
posiblemente uno de los mejores puestos de la mesa. En su stand se podían ver
también algunas muestras de material mejicano procedente de la colección de
José Ramón Pastor, Wulfenitas, Mimetitas, Cuproadamitas, etc. de la zona de
Durango.
Rafa Galiana y Honorio Ramón Mira.
Un poco más allá se encontraba la mesa de unos noveles,
aficionados jóvenes encabezados por Andrés Murcia, quienes mostraban Baritinas,
Aragonitos y minerales murcianos, mezclados con algunas piezas de otras
tierras. Estamos seguros que con el tiempo conseguirán hacerse un hueco con
muestras de referencia y vitrinables.
Frente a ellos la mesa de Julio, quiena pesar de no llevar
una gran cantidad, si sorprendió con un excelentezote de Piromorfitas de la
Mina Fajano, que prácticamente le volaban de la mesa. A su lado, las mesas de
Paco Vidal, Javier Sanchez, y Juan Carlos Tarín completaban un amplio abanico
de minerales levantinos y murcianos, destacando los micros de la mina La Amorosa
o las Baritas azules unionenses.
Paco Vidal, Picapiedra y Andrés Alcaraz.
En el terreno de los micros, pocos tan reseñables como los
de la mesa del castellonense Adrián Pesudo, siempre con especies raras y difíciles
de encontrar, y además este año ha sorprendido con algunas piezas de su vitrina
en tamaños muy apreciables, como las Esmeraldas de Minas Gerais, las Eritrinas
marroquíes, o las rosas de Yeso nacionales.
Muy cerquita de él estaba la mesa de Vicente Marhuenda, con
una excelente pieza de Celestinas del Raspeig, y abundante material de Busto y
la zona levantina.
Poco más allá, el madrileño Ramón Jiménez, con abundante
material de Cuarzos y Ortosas de Valdemanco, Sieteiglesias y Cervera de
Buitrago, entre otras muchas cosas. A su lado el murciano Manuel Canovas, con
piezas clásicas de la mina Brunita, y de otras minas unionenses, así como con
un estupendo lote de Piuromorfitas de San Andrés.
Paco Vidal, Picapiedra, Ginés López y Andres Alcaraz
Cuarzos con Ortosas de Madrid
Cuarzos con Ortosas de Sieteiglesias
Cuarzo con Ortosas de Sieteiglesias
Cuarzos de Cervera de Buitrago
Cuarzo con Ortosa de Valdemanco
A estos compañeros hemos de añadir la mesa de Andrés
Alcaraz, quien lesionado de una mano no trajo demasiado material este año, pero
lo que trajo se le agradeció, muestras de La Unión sobre todo.
Un poco más allá el alavés Tomás Ruiz, quien llevaba
Celestinas de Treviño, Marcasitas de Olazagutía y muestras alavesas en su mayoría.
También el puesto de Jose A. Diaz, con muy buen material de Camporobles.Y
algunos puestos más con materiales mezclados de quienes desconozco sus
identidades y procedencias.
Mucho público a medida que avanzaba la mañana.
Los aficionados a los fosiles eran tantos como los
mineraleros, y me disculpareis que no reparara en ellos debidamente, solo puedo
decir que se veía movimiento y bastantes piezas de aparente tamaño y calidad.
Entre las muestras que nos hemos traído para Cantabria,
destacaré tres lotes y varias piezas aparte espectaculares, un lote espectacular
de material de Mas Sabé que cambié con la familia Asensi-Jordá, aquí mencionaré
el punto negro de la mesa, que no fue tal, sino la negrura del alma de un
asistente, el alicantino Kiko, quien tras interesarse por algún cuarzo ahumado
que le mostraron Jorgina y su hijo Marius, se lo rechazó alegando que: “yo con
catalanes no quiero nada”. Despreciando a estas personas que se habían metido
casi 500 km entre pecho y espalda para poder disfrutar de la jornada como uno más.
Se puede ser más miserable, seguro, pero es difícil superar a semejante
impresentable, alguien como este “hombre” no merece llamarse ni hombre, ni
mineralogista, lástima que un servidor se enterara tarde de este hecho,
personalmente no me habría importado aplaudirle los mofletes y la gracia. A
continuación os muestro el lote de piezas de esta ya clásica explotación
catalana que me traje y que gustosamente repartiré con mis compañeros
habituales de salidas mineras.
Lote de cuarzos amatistas y ahumados con ortosa, de Mas Sabé.
Lote sin Picapiedra.
Detalles de este estupendo lote catalán.
El segundo lote fue una caja de Aragonitos de Camporobles en
matriz que cambié con José A. Diaz, piezas de buen tamaño, con cristales
semitransparentes de buena calidad, una sorpresa , habituado como está uno a
ver estos aragonitos sin matrices, bonitas piñas en yeso que estoy seguro harán
las delicias de mis compañeros norteños.
Lote de Aragonitos de Camporobles.
Detalles de este lote.
El tercer lote fueron las Piromorfitas de San Andrés que le
saqueé a Manuel Canovas, me llevé prácticamente todas las que tenía en su stand,
aprovechandome de su generosidad y amabilidad. Piezas pequeñas con cristales de
muy buen color y hábito que terminaran en las colecciones norteñas.
Pasando al capitulo de piezas sueltas, destacar un grupo de
Esmeraldas brasileñas de Adrián Pesudo que ahora están en mi vitrina, así como
una estupenda Eritrina con Roselita de Bou Azzer, de gran tamaño y también
suya. Una pieza muy maja de Celestinas del Raspeig de Vicente Marhuenda, una
matriz llena de Magnetitas de Valdeflorez de Andrés Murcia, una Calcita del
Condado de Herkimer en Nueva Cork, con cristales prismaticos de Pirita del
murciano Ginés Lopez, una Pirita de la mina Brunita (no de la corta) de excelente
tamaño de Manolo Canovas, un lote de cinco piezas madrileñas de Cuarzos y
Ortosas de Ramón Jiménez, un Yeso de Macisvenda y unas Calcitas con mucho
brillo de Honorio Ramón, un par de piezas mexicanas de José Ramón Pastor, un
par de Piromorfitas de Fajano de Julio, una Autunita de Satao que no recuerdo
quien me la cambió y un sinfín de piezas nacionales e internacionales:
Piromorfitas de Vegadeo, Los Oscos y San Germán, Oro de Rodalquilar, Cobres del
Horcajo, Cuarzos rosas de Guadalajara, Lemanskiitas chilenas, Malaquitas del Congo,
Arsenopiritas de Carlés, así hasta un total de siete cajas de cambios que me he
traído a mi hogar. Satisfactoria esta mesa, es decir poco, ha merecido la pena
el viaje, no solo por las piedras, sino por poder disfrutar de los amigos y
conocidos, y tener la ocasión de conocer nuevos, ha sido un placer charlar con
Paco Mayor, Marcos García, Javier Talens, Juan Garriga, José A, Diaz, Jesús
Carrasco, Andrés Durán, Ricardo Molina y muchos otros más, así como con sus
familias, una excelente experiencia que procuraremos repetir en años venideros,
sin ninguna duda.
Eritrina con Roselitas de Bou Azzer.
Un último apunte para comentar el encuentro con Agustín
Perez (Európides), cabeza visible de un grupo de literatura y poesía en la red
al que pertenezco, y a quien tuve el gusto de conocer personalmente durante la
mesa ya que es vecino de este pueblo, también a su encantadora esposa, ambos me
obsequiaron con el poemario “Poémides” del cual es autor Agustín, y que se
merece un abrazo muy fuerte por su sensibilidad y su buen hacer a diario en la
red.
Agustín Pérez y Picapiedra.
Y esto fue todo en el Raspeig, buena gente, buena comida, buenas
piedras y buenos cambios, no se puede pedir más. Ruego me disculpeis aquellos a
quienes no he mencionado, sea por olvido, sea por descuido o sea por omisión.
Saludos norteños.
Texto: Picapiedra
Imagenes: Ginés Lopez, Jorgina Jordá y Picapiedra.