El Mineral Digital de hoy lo dedicamos a uno más de los yacimientos españoles que en los últimos años han ido colapsando y quedando cerrados para la mineralogía. Se trata de esta antigua explotación de Zn-Pb-Cu-Fe situada entre el Barrio San Adrían (Miribilla) y el Barrio La Peña (Arrigorriaga) en Bilbao. Esta mina se cerró en 1969.
En las decadas de los 80 y los 90 se extrajeron de ella por parte de diversos mineralogistas, estupendos ejemplares de Esfalerita, variedad Marmatita, Galena y Siderita, muchos de los cuales figuran en colecciones públicas y privadas por todo el país.
Imagenes superiores: Esfalerita (Marmatita) sobre dolomita. Colección Picapiedra
Imagens superiores: Inclusiones de Cloritas en Cuarzo sobre Siderita. Colección Picapiedra.
El nuevo siglo representa para esta mina el comienzo de su declive como enclave mineralogico, la construcción de la ampliación de Bilbao, con nuevas edificaciones e infraestructuras, se topa con las antiguas instalaciones mineras, diversos estudios elaborados por el Gobierno Vasco, se llevan a cabo con el fin de conocer la estabilidad de dichas instalaciones, de cara al soporte de carga de las nuevas edificaciones, dichos estudios detallan que la capacidad de carga y soporte es cuatro veces superior al peso soportado, y que exceptuando algunas galerías que han de rellenarse con hormigón, por ser muy superficiales, el resto de la mina alcanza unos niveles de soporte óptimos.
Imagen superior: Cloritas sobre Siderita. Colección Picapiedra
Es por ello que se continua con la edificación del nuevo barrio de Miribilla, y también el que en el 2003 se llegue a solicitar por parte de la empresa Cavosa Obras y Proyectos SA, propiedad de SACYR Vallehermoso, el aprovechamiento de la estructura subterranea de la mina, desconocemos con qué fin, ya que nunca se llevó a cabo, según la memoria minera de la propia empresa.
A raiz de la elaboración del “Plan de suelos contaminados del País Vasco 2007-2012” se comienza a investigar la contaminación de antiguos suelos industriales y mineros de esta zona, los cuales afectan directamente al río Nervión. En el 2008, el proyecto de rehabilitación del campo de fútbol de Aitxarte, situado junto a la entrada de la Malaespera, en el barrio de La Peña, se vé interrumpido por el hallazgo de suelo contaminado en él. La investigación de dicho suelo la lleva a cabo la empresa Labein –Tecnalia, la cual realizó 23 sondeos y analizó 121 muestras. En total se detectaron en concentraciones moderadas elementos contaminantes en 13 catas y en concentraciones fuertes en otras 5. La mayoría de ellas en la mitad norte de la parcela, sobre todo en la esquina noroeste, y a gran profundidad, incluso a 13 metros. Entre los componentes hallados "hay de todo", sobre todo metales pesados, disolventes, pesticidas y aceites, consecuencia del pasado de este terreno como posible escombrera. El terreno se usó, además, como depósito de los vehículos destrozados en las inundaciones de 1983.
Entre este “de todo” se halla el Lindano, el cual es un insecticida organoclorado que es moderadamente tóxico y puede ser moderadamente peligroso para los seres humanos si se manipula incorrectamente o sin precaución. Es bastante persistente en el medio ambiente. Es por tanto esencial que se observen las correctas precauciones durante su manipulación y uso. Las sintomatologías presentada por intoxicación con lindano son: náusea, inquietud, dolor de cabeza, vómito, temblor, ataxia, convulsiones tónico-clónicas y/o cambios en las pautas del EEG. Puede concluirse de unos cuantos estudios agudos y a corto plazo en los seres humanos. A un nivel de dosis de aproximadamente 1.0 mg/kg peso corpóreo, no induce envenenamiento pero a un nivel de dosis de 15-17 mg/Kg peso corpóreo dará lugar a síntomas de intoxicación grave. Aproximadamente el 10% de una dosis aplicada vía dérmica se absorbe a través de la piel humana, pero la absorción aumenta si la piel está dañada.
El lindano puede representar un peligro tóxico para las especies acuáticas y terrestres. Puede entrar en la cadena alimentaria y dar lugar a bioacumulación y biomagnificación, específicamente para los peces; es también bastante persistente en el medio ambiente. En el caso de un importante incidente de contaminación medioambiental, debería llevarse a cabo un apropiado control.
Imagen superior: Esfalerita acaramelada. Colección Picapiedra.
Este Lindano fue vertido por varias industrias químicas (Bilbao Chemicals, Nexana) que producían pesticidas (Hexaclorociclohexano o HCH, uno de cuyos isómeros es el famoso Lindano o gamma-HCH), las cuales se estuvieron deshaciendo de los residuos mediante el clásico "vertido incontrolado" entre los años 70 y 90, convirtiendo toda la margen izquierda de la ría de Bilbao (Bilbao, Baracaldo, Sestao, Valle de Trapaga, Portugalete, Santurce, Gallarta, Abanto, etc...) en un campo minado de residuos químicos de pesticidas. El affaire con las empresas (propiedad de las multinacionales Merck y Boehringer) se cerró con un acuerdo político por el que pagaron 4 millones de euros y tras el que obtuvieron inmunidad total, importe que ha quedado ridículo ante el coste que ha supuesto y siguen suponiendo las apariciones de dichos contaminantes en los lugares más inesperados. La sociedad pública Ihobe tuvo que lidiar con la búsqueda de soluciones técnicas, siendo las soluciones adoptadas: para las aproximadamente 5.000 tn. de residuo "puro" (sin mezclar con tierras), un proceso industrial mediante el cual se "crackeaba" el HCH (destruir el HCH a una temperatura de 150° mediante una reacción química que lo convierte en cloruro de sodio (sal), triclorobenzeno (TCB) y agua); para las ingentes cantidades (>600.000 m3) de tierras con diversos contenidos en HCH, el confinamiento en 2 celdas de seguridad (una junto al vertedero de RSU de Barakaldo, otra junto al aeropuerto de Sondika/Loiu). Al parecer, algunas de esas actuaciones se ejecutaron sin todos los permisos o licencias preceptivas, argumentándose que los plazos necesarios para su obtención hubiesen supuesto el mantenimiento de una situación (vertidos incontrolados por un área densamente poblada, poniendo en juego la salud humana, la protección de las aguas superficiales y subterráneas, etc.) que suponía un riesgo mucho mayor que la ejecución de los diversos proyectos (retirada, unificación y almacenamiento temporal de los residuos, planta de tratamiento, celdas de seguridad...). Y finalmente diversas organizaciones ecologistas han terminado denunciando (en los juzgados) a los responsables políticos de entonces por haber vulnerado la propia normativa ambiental, etc…
Sigamos, en 2009 se diseñó un plan de excavación selectiva para el traslado a vertedero de los residuos que se localizasen en la zona de los futuros vestuarios del campo de fútbol, donde estaba previsto intervenir en primer lugar. Según propias palabras del alcalde de Bilbao:
“Merece la pena que las instituciones públicas vayamos contribuyendo a limpiar todo lo que otros dejaron, en una época salvaje en la que se tiraba donde se podía y se quería. Esto es producto de la época industrial, y la Ría es un ejemplo. Terreno que cojamos el Ayuntamiento, terreno que limpiaremos, con el gasto que suponga".
Y vosotros, lectores del Mineral Digital, os preguntareis que para qué os cuento todo esto y en qué afecta a esta mina, es sencillo y fácil de explicar, La mina colapsó hará unos 3 meses, entre Octubre y Noviembre del 2010, los techos se vinieron abajo, colapsando la galería principal a unos 40 metros de la entrada, la cual se halla a unos 20 metros del campo de fútbol. La “excavación selectiva” que se estaba llevando a cabo en dicho campo de futbol, había provocado un desplazamiento de lodos tóxicos, del propio campo a la mitad de la corta, poca cantidad, apenas unas 20 toneladas, engullidas por la vegetación de plumeros y bardales circundantes, el resto de esta “excavación selectiva”, unas 300 toneladas, aproximadamente, descansan ahora mismo, en Enero del 2011, dentro de la bocamina de la Malaespera, aprovecharon el colapso de la galería, queremos creer que este se produjo de forma natural, ya fuera por las lluvias invernales, por el desequilibrio que provocaron las voladuras del Bilbao Arena, o por la autovía que la pasa por encima, como decía, aprovecharon este colapso, para llenar todas las galerías auxiliares de la mina, así como la galería principal, de dichos suelos contaminados, es decir, que ni se trasladaron a un vertedero, ni se crackearon, ni se limpiaron, se guardaron debajo de la alfombra, con la aparente ayuda y connivencia de la institución o persona que facilitó las llaves de la bocamina para ello.
Y este es el fin de otro triste episodio minero, una explotación mineralogicamente muy interesante, y que podría haber sido parte importante del Patrimonio Histórico Minero Español, ha sido engullida por el auge de la construcción y el progreso, pasando a ser un infecto vertedero químico incontrolado.
A la hora de buscar culpables, que cada cual saque sus propias conclusiones.
Imagen superior: Picapiedra en la bocamina de la Malaespera. Diciembre 2010.
Un saludo tóxico.
Texto e imágenes: Picapiedra
Ortofoto: Pablo Viñals